AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

29 de octubre 2012.-Un intenso debate parlamentario sobre el legado de Itzjak Rabin se suscitó ayer, domingo, a 17 años de su asesinato, según el calendario judío, al término de un acto pacifista en Tel Aviv, el 4 de noviembre de 1995.
“Hoy, casi 20 años después de (la conferencia que dio lugar a los Acuerdos de) Oslo, podemos ver claramente que la idea de separar a las naciones (israelí y palestina) fracasó; ninguna de las dos estaba convencida de ello y no se alcanzó solución diplomática alguna a largo plazo”, aseguró el titular de la Knesset, Reuven Rivlin, lo cual generó el rechazo de varios legisladores de centroizquierda.

No obstante ello, todos coincidieron en halagar al líder fallecido.

Rivlin lo describió como un visionario que trabajó para asegurar la existencia de Israel y que será recordado como un “líder, un soñador y un luchador por la libertad de Israel”.

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, reconoció que no estaba de acuerdo con Rabin en muchos temas y tampoco lo está hoy con sus “rivales políticos”, pero “eso no significa que se preocupen menos por el país”.

Y aun sin entrar en la polémica, destacó que “en los últimos 17 años, todos los territorios” que Israel cedió “fueron capturados por mensajeros de Irán”.

Para el ministro de Defensa, Ehud Barak, el legado de Rabin indica que sólo la existencia de dos Estados asegurará la continuidad de la empresa sionista.

La sucesora del asesinado primer ministro como líder laborista, Shelly Yacimovich, lo elogió por aprobar un impuesto a las ganancias de capital y por sus esfuerzos para “distribuir equitativamente los recursos” y aumentar la igualdad.

A su turno, el titular de Kadima, Shaul Mofaz, consideró que sin el proceso diplomático impulsado por Rabin el “sueño de un Estado judío y sionista en la Tierra de Israel llegará a su fin”.