HUMANIA.TV

07 de noviembre 2012.-Ocho prisioneras de conciencia han empezado, hace cinco días, una huelga de hambre para protestar por sus condiciones de detención en la cárcel de Evin. Entre ellas se encuentran tres periodistas e internautas: Mahssa Amrabadi, Jila Bani Yaghoob y Shiva Nazar Ahari.

Todas ellas son víctimas de la represión de las autoridades iraníes a los firmantes de una declaración conjunta, el 31 de octubre, respaldada por la Premio Nóbel de la Paz, Shirin Ebadi, y seis organizaciones de derechos humanos, incluida Reporteros Sin Fronteras. El texto denunciaba la situación de las presas de conciencia encarceladas en la prisión de Evin, de Teherán.

Pocas horas de después de darse a conocer el manifiesto, se produjo una larga inspección en las celdas de la cárcel de Evin, que terminó en malos tratos y humillaciones a las reclusas después de no haber encontrado nada prohibido entre sus efectos personales. Para protestar por este tratamiento, ocho de ellas iniciaron una huelga de hambre. A las ya citadas se suman Nazanin Dihami, Bahareh Hedayat, Nasim Soltanbighi, Hakimeh Shokriand y Jila Karam Zadeh Makvandi.

La abogada de derechos humanos Nasrin Sotoudeh, defensora de muchos casos de periodistas, fue transferida a la sección 209 de Evin, el 31 de octubre, cinco días después de que el Parlamento Europeo le concediese el premio Sajarov de este año. Sotoydeh lleva en huelga de hambre desde el 17 de octubre y tiene prohibido recibir visitas desde hace tres semanas.

“Las autoridades iraníes, especialmente el ayatolá Ali Jamenei, son responsables de la suerte que puedan correr estas detenidas, de su salud y de la seguridad de todas las reclusas. Estas mujeres no sólo cumplen largas penas de cárcel, sino que ahora están sometidas a tratos humillantes y degradantes que violan, tanto la legislación internacional, como la propia legislación iraní. La comunidad internacional no puede permanecer en silencio frente a estas atrocidades que tienen lugar en las cárceles de Irán”, recuerda Reporteros Sin Fronteras. La organización manifiesta su apoyo a la lucha por el derecho a informar y la libertad de expresión de las detenidas, pero les pide que abandonen su huelga de hambre por miedo a que puedan perder su vida.