ENLACE JUDÍO

Durante la mañana del sábado 3 de noviembre, tuvo lugar la reunión de la Asociación de Periodistas Israelitas de México (APEIM), en la cual Samuel Schmidt, nos habló de un tema relevante para nuestra política actual: ¿Por qué no puede morir el PRI?

“Yo creo que la tesis de que muera el PRI es una tesis profundamente anti-democrática. Uno no puede reclamar que se muera un partido político, pero al final de cuentas si uno los analiza bien: el PRI inventa una alianza de clases sociales muy bien manejada, distorsiona con una gran maestría, por ejemplo, la representación social que los convierte en miembros del Estado, de repente viene el obrero de senador y lo que está defendiendo no es el aumento de salario, está defendiendo un juego político más amplio, entonces, el PRI genera este sistema que distorsiona, a fin de cuentas, otro tipo de representaciones y otro tipo de intereses.”

Samuel nos habla la historia de las elecciones mexicanas; del 2000 a nuestra actualidad, mencionando que si bien el PRI perdió la presidencia en 2000, para el 2006 ya tenía a la mayoría de los estados de la República de vuelta, por lo que esta estrategia nos habla de un juego político importante, que acaba mostrando sus efectos en 2012, cuando el PRI vuelve a la presidencia con su candidato electo Enrique Peña Nieto.

Yo creo que por eso no se muere el PRI, regresa en el 2012, no como un acto mágico (…) algo hay que explicar: por ejemplo, sobre la estructura local, sobre el poder de ciertos actores priístas y actores que pueden mover las cosas.

“Lo que vivimos en estos 12 años es un accidente histórico, un accidente muy costoso para el país: porque lo que dejó de avanzar el PAN, el no entender lo que tuvieron en las manos, haber podido poner las bases para romper el régimen autoritario mexicano, no lo vamos a recuperar en nuestro tiempo.

Así termina un análisis político muy interesante que nos obligó a pensar: ¿Por qué no puede morir el PRI?