JEWISH NEWS ONE

Le ha costado treinta años. Pero ahora, por primera vez desde que fue secuestrado y torturado en Buenos Aires, el banquero judío Eduardo Saiegh, siente que está más cerca de la justicia. El Gobierno de Argentina se ha unido a su lucha para demostrar que fue una víctima de la discriminación antisemita durante la dictadura militar.

Eduardo Saiegh recuerda muy bien el día en el que la policía irrumpió en su oficina en Buenos Aires, en 1980. Fue trasladado a este edificio, justo al lado del palacio presidencial, para ser torturado y se vio obligado a ceder los derechos de su Banco Latinoamericano, uno de los principales bancos de Argentina.

Eduardo Saiegh:

“Me torturaron sumergiendo mi cabeza bajo el agua, así que no podía respirar. El horror duró siete días. Querían que confesara crímenes que no cometí, pero me obligaron a entregar mi banco”.

Saiegh nunca confesó .Pero negoció un rescate de 500 mil dólares para salvar su vida. Como parte del acuerdo, regaló su banco y acciones de la compañía aérea Austral.

Eduardo Saiegh:

“Robaron mi banco y luego la compañía aérea”.

Saiegh no era el único hombre de negocios perseguido por los militares, que gobernaron Argentina entre 1976 y 1983. Pero fue uno de los pocos que se quedaron en el país, después de haber sido robado. En lugar de huir, el banquero decidió reunir un montón de pruebas contra los civiles que estaban detrás de los crímenes.

Eduardo Saiegh:

“Esto es algo que pocas personas conocen en el extranjero. Ellos saben que hubo un golpe militar y que unas treinta mil personas desaparecieron. Ellos no saben que los militares estaban actuando en nombre de la población civil, que querían proteger sus intereses económicos. Entre ellos, el ex ministro de Finanzas, Martínez de Hoz y del vicepresidente del Banco Central Alejandro Reynal”.

Durante las últimas tres décadas Saiegh ha hecho famoso su caso en la prensa, en un libro, en un blog personal y en los tribunales. Ahora ya no está solo. El Gobierno de Argentina se ha unido a su lucha para condenar a Martínez de Hoz y Reynal.

Argentina todavía está juzgando a los responsables militares por las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. Ahora el gobierno está volcando su atención en los delitos económicos y de los civiles que los planearon o se vieron beneficiados por ellos.

Maria Celeste Personino trabaja en una división especial que investiga estos crímenes.

Maria Celeste Personino:

“Nos dimos cuenta que en 1978 los militares ya habían anulado los movimientos guerrilleros y comenzó a moverse en contra de lo que llamaron la “subversión económica”. Se reprimieron grupos empresariales, por razones económicas o políticas”.

Saiegh, al igual que muchos en la comunidad judía, acusan al régimen militar de antisemita. Ellos creen que el plan era derrocar a los judíos de los principales bancos de Argentina.

Eduardo Saiegh:

“En 1999, el juez español Baltasar Garzón examinando los testimonios y las pruebas, concluyó que los judíos fueron perseguidos durante el régimen militar argentino. No estoy diciendo que, si no hubiera sido judío, no habría sido torturado. Pero no habría sido tan violento”.

Saiegh está a la espera de que la justicia argentina trate su caso. Él dice que lo único que quiere es justicia y la seguridad de que nadie – incluyendo a los miembros de la comunidad judía argentina – nunca tendrá que temer de nuevo la persecución.