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EL PERIÓDICO.COM

16 de febrero 2013.-Las palabras del ex ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, constituyeron una advertencia en toda regla. Si en los próximos dos años no se alcanza un acuerdo entre israelíes y palestinos «no habrá posibilidad de paz en los próximos siglos». Moratinos, que fue también el enviado de la Unión Europea (UE) para mediar en Oriente Próximo, recordó su experiencia y pidió sacar lecciones. «Si no paramos la política de asentamientos no podrá haber paz porque los cartógrafos ya no podrán trazar las fronteras».

Moratinos, el exministro de Exteriores israelí (y exembajador en España) Shlomo Ben Ami, y el jefe del equipo negociador de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Saeb Erakat fueron galardonados ayer con la medalla que entrega cada año en Barcelona la Fundació Internacional Olof Palme a personas que cuentan con una trayectoria en favor de los derechos humanos, la mediación internacional y la paz.

El acto, que se celebró en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona y que contó con la participación del alcalde, Xavier Trías, tuvo una fuerte carga política e incluso emocional. Moratinos lanzó una auténtica diatriba contra la inoperancia internacional. «Hay que llevar a Obama, y a la UE, esa Europa desaparecida a la que ni se oye, el sentido de la urgencia de la negociación», dijo.

EL FRACASO COLECTIVO / El exministro español afirmó que desde la reconciliación en Sudáfrica «no ha habido ninguna noticia positiva en el escenario internacional; solo guerras y desastres» y subrayó la esencialidad del conflicto israelo-palestino.

«Si la comunidad internacional no logra la solución de los dos estados, será un fracaso colectivo», señaló Moratinos para, acto seguido, pasar a enumerar los protagonistas de dicho fracaso: «La ONU que no ha hecho más que acumular resoluciones; los propios palestinos, que no habrán ejercido su aspiración a poseer un Estado; Israel, que se encontrará de nuevo aislado y rodeado de islamismo radical; y Europa, que no ha sabido siquiera reivindicar su posición en el mundo».

El mismo toque de desesperación se había hecho patente en el discurso de Shlomo Ben Amí, que le precedió en el uso de la palabra. El exministro israelí hizo una profunda reflexión sobre lo que diferencia a este conflicto de otros muchos en el mundo -«hay mucha historia y poca geografía»- y sobre cómo «los más fanáticos defensores de los dos estados», entre los que se incluyó, no fueron capaces de llegar a un acuerdo.

«El viejo paradigma de Oslo ha muerto. La negociación directa no resolverá el conflicto; solo se resolverá con la implicación de la comunidad internacional», auguró.

REGIONALIZAR EL PROCESO / Ben Ami abogó por «regionalizar el proceso» -o sea, la búsqueda de una paz global en la región- porque «los palestinos no son capaces de ofrecer a Israel las garantías de seguridad en un contexto cada vez más hostil», en clara referencia al ascenso islamista en la región tras las revueltas árabes. «EEUU ha creado muchas coaliciones internacionales para hacer guerras. Es hora de que Obama justifique el Nobel que le dieron creando una alianza para la paz, con el Cuarteto y algunos países árabes».

«Cualquier sistema de seguridad que se cree antes de haber resuelto el conflicto árabe-israelí, está condenado al fracaso», advirtió.

Erakat, el primero en intervenir y el único de los galardonados aún en activo en la política, lanzó un alegato contra la ocupación israelí de los territorios palestinos y advirtió contra las políticas que «destruyen la solución de los dos estados».