¡México-despierta

SAMUEL SCHMIDT PARA ENLACE JUDÍO

Uno tras otro, los nuevos gobernadores mexicanos denuncian malos manejos, desviación de recursos y también un aumento desmedido en el endeudamiento de los Estados.

El tema no es menor, porque entre otras cosas, se habla de miles de millones de pesos, pero lo más grave del caso es que no se encuentra por ningún lado la obra que justifique esa deuda. Las calles en todo el país están hechas un desastre, Gabriel Zaid escribió hace unas semanas un artículo sobre el peso económico de los accidentes dándole una importancia fundamental a los baches y sí que tiene razón, las carreteras, hasta las de paga, y las calles están hechas un desastre.

Aceptemos que nuestro dinero, que el gobierno controla, no necesariamente tiene que usarse para arreglar vialidades, y veremos que la transportación pública no merece mejor consideración; ¿qué tal si hablamos de los servicios de salud?, están para llorar, se llega al extremo que muchos gobiernos de los Estados le están transfiriendo sus obligaciones en la materia al gobierno federal cargándole lo que ellos deberían pagar al seguro popular.

Si usted está pensando en la seguridad pública porque se lleva una fortuna, resulta que el tema está que arde a nivel nacional, aunque hay ciudades como Cuernavaca que ni siquiera solicitaron esos fondos para arreglar su problema, pero ¿acaso usaron bien los fondos que si pidieron? Me llama la atención que el gobernador de Morelos repita que invertirán en la construcción de cuarteles nuevos donde los policías puedan entrenarse y descansar con dignidad, no quiero ni imaginarme la condición en la que están ahora.

En las acusaciones de los gobernadores abundan las referencias a obras incompletas, el DIF de Tabasco cerró una casa de atención gerontológica por no contar con recursos para su operación adecuada. Las palmas por este tipo de cuestión más lo escandaloso del endeudamiento es Coahuila, donde el ex gobernador, que ya se fue a estudiar a Europa, dice que invirtió en obra pública, pero no nos muestra ninguna evidencia de su dicho. Claro que podríamos ir a Coahuila a cerciorarnos, o preguntarle a los coahuilenses, pero ninguno habla bien del susodicho gobernante ni del legado que dejó.

Hasta aquí uno podría estar perfectamente escandalizado por estas revelaciones, pero no dejamos de sorprendernos que después de las acusaciones no haya la menor consecuencia legal. Al ex gobernador de Morelos lo acusan de mal gobernante, de malos manejos de dinero y hasta de estar asociado con narcotraficantes, pero no hay ninguna consecuencia en su contra y que se sepa públicamente, ni siquiera una demanda judicial.

¿Entonces, para qué tanto brinco estando el piso tan parejo? Como que ya está bien de que se litigue en los medios la salud financiera del país.

Los medios se dan vuelo denunciando los negocios de los gobernantes y nada. Proceso publicó las propiedades millonarias de los panistas del círculo cercano a Calderón y detalló los negocios del ex gobernador de Tabasco, Granier y su hijo, pero ante esa publicación no sucede nada. Tal parece que un reportaje periodístico no amerita la atención de ninguna autoridad judicial.

Si esto es preocupante, lo es más descubrir que en los últimos doce años la corrupción se disparó en el país a alturas insospechadas y no se vaya a pensar que esta conducta corresponde a una de las fuerzas políticas en especial, en realidad desde todos los partidos políticos se escuchan escándalos mayúsculos.

¿Habrán usado el dinero para la pasada campaña presidencial? El IFE dirá que no tiene atribuciones para esa investigación.

Tal vez una de las ventajas de la alternancia es que como llegan políticos nuevos, a veces de otro partido, y de grupos políticos distintos, no se tocan el corazón para denunciar malos manejos. En Michoacán y Zacatecas el PRI a su regreso se regodea en señalar los malos manejos de los perredistas. Aunque insisto, la venganza no llega al extremo de encarcelar a un ex gobernador o gobernadora.

Uno supondría que una mayor competencia política debería llevar a una elevación en la ética, pero parece ser lo contrario. Parecería reforzarse el manejo corrupto de las posiciones de gobierno y un avance en las complicidades de los políticos.

Esta semana la Auditoria Superior de la Federación dio a conocer su revisión del gasto de Calderón, el auditor se apresuró, con toda imprudencia, a un noticiario televisivo, él también litiga en los medios, tal vez a sabiendas que a final de cuentas no sucederá nada.

En México parece haberse instalado el principio de lo caído caído. Y lo que ya se llevaron los políticos fue para el vencedor, mientras los que llegan denuncian el latrocinio para que creamos que ellos son distintos, seis años después veremos que son la misma gata revolcada. ¿Cuánto más durará el estoicismo de los mexicanos frente al saqueo?