ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO

El 5 de Marzo de 2012, entrevistamos a la Sra. Pola Levy, quien es portadora de un legado familiar de más de 100 años.

¿E qué consiste el legado?

Es un amuleto que, se cree, tiene la virtud de ayudar a las mujeres con problemas de fertilidad. Se transmite de madre en hija. Llegó hasta su abuela desde Damasco, Siria, hace varias décadas: es un estuche sellado y se cree que contiene restos de las cubiertas de placenta que, a veces, quedan pegadas en la cara de los bebés recién nacidos y, antaño, eran entregadas a las madres por las parteras.

Para usar el amuleto, la mujer tiene que elegir el momento del mes en que tiene que visitar el baño ritual judío (Tebilá). Al salir, debe portar el amuleto cerca de su vientre, ya sea amarrado con cintas o mediante seguros. En caso de que quede embarazada, tiene que llevarlo puesto hasta después del nacimiento del bebé; sólo puede quitárselo para bañarse.

“En caso de no quedar embarazada inmediatamente, la mujer puede hacer la prueba varias veces”.

Hasta hoy, el amuleto ha dado resultado en la mayoría de los casos. Una de las tías de Pola no podía embarazar y, después de utilizarlo, tuvo cinco hijos: “Después del nacimiento del bebé las mujeres lo devuelven, generalmente acompañado de flores o de chocolates, en un gesto de gratitud. Entonces, les restituimos la alhaja”.

El amuleto no tiene relación alguno con algún ritual o costumbre del judaísmo. Pola tampoco cree que tenga poderes mágicos: “Es un acto de fe, no de magia. La mujer que lo usa debe de creer en D-os y en la efectividad del objeto”.

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