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Funcionarios de alto rango del gobierno de Venezuela se han convertido en agentes del Hezbolá, brindando respaldo
material y logístico para las operaciones terroristas del grupo, incluyendo armamento, financiamiento y hasta documentación venezolana, advirtió el jueves el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega.

El también ex embajador de Estados Unidos ante la OEA expresó su temor de que el régimen de Caracas –que ya tenía una estrecha relación con Teherán y con el Hezbolá cuando el presidente Hugo Chávez estaba vivo- aumente esos vínculos ahora bajo el mando del presidente encargado Nicolás Maduro.

“Los vínculos entre el régimen de Venezuela y el Hezbolá son fuertes y de larga data, y creo que la radicalización de Maduro sugiere que él va a estar apoyándose en Irán y estos grupos terroristas incluso más que Chávez”, dijo Noriega en una entrevista telefónica con El Nuevo Herald.

“Estoy muy preocupado por la posibilidad de que esta situación empeore bajo el liderazgo más débil de Maduro, quien podría depender más de ellos -y aumentar la cooperación con estos grupos terroristas, al igual que con Irán- que lo que hizo Chávez. Maduro no parece contar con la fortaleza ni la inteligencia como para evaluar el costo potencial que este tipo de relación podría tener para Venezuela”, puntualizó.

El diplomático, quien el miércoles brindó un extenso testimonio ante el Congreso sobre las operaciones de Irán y el Hezbolá en Venezuela, dijo que dentro de las altas esferas del gobierno bolivariano operan funcionarios que son antisemitas radicales.

Estos elementos “han estado abusando de sus posiciones” por más de una década para brindar armamentos, recursos y respaldo logístico a las operaciones del movimiento islámico en Venezuela.

El Hezbolá, una entidad libanesa fundada por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní y que es financiada por Teherán, es considerada por Washington y otros países como una organización terrorista.

Noriega, quien basó sus conclusiones en documentos obtenidos del gobierno venezolano y en entrevistas con docenas de expertos y de testigos en Venezuela, dijo que el régimen de Caracas se ha convertido en un importante aliado de la causa antisemita.

Muestra de ello salió a la superficie en el 2009, cuando fuerzas especiales israelíes capturaron material bélico –incluyendo municiones, granadas y cohetes- enviado por el régimen de Chávez al Hezbolá.

Otra pieza importante del engranaje son los servicios brindados por la aerolínea estatal Conviasa, que ofrece vuelos regulares a Damasco y Teherán que son usados por las fuerzas de Teherán y el Hezbolá como mecanismos subrepticios para transportar armas, personal y contrabando.

“Este tipo de cooperación ha convertido a Venezuela en uno de los aliados más importantes en el mundo que tienen Irán y el Hezbolá”, dijo Noriega. “Ellos tienen colaboradores que por más de una década han ocupado cargos de alto rango en el gobierno venezolano”.

Uno de ellos, según el diplomático, es el ex ministerio del Interior y actual gobernador del estado Miranda, Tarek El Aissami, cuyo organismo estaba a cargo de la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería en Venezuela.

Esa oficina, encargada de la emisión de documentos, fue utilizada para brindar identidades falsas a elementos del Hezbolá, dijo Noriega.

“Tenemos fuentes que han dicho que los venezolanos han suministrado miles de pasaportes auténticos y otro tipo de identificación a personas provenientes de Oriente Medio. En algunos casos se trata de personas que fueron naturalizadas legítimamente, pero en otros casos se trata de terroristas que reciben identificación que les sirve de
cobertura para ingresar a otros países”, dijo.

Uno de estos elementos es Mohsen Rabbani, un ex diplomático iraní que es buscado por su participación en los ataques dinamiteros cometidos en Buenos Aires en 1992 y 1994, contra la embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita, respectivamente.

“Mohsen Rabbani viaja con documentos venezolanos porque contra él pesa una circular roja de la Interpol y no puede viajar internacionalmente”, dijo el ex embajador ante la OEA.

“Estos funcionarios [venezolanos] dejaron de ser simpatizantes para convertirse en activos [de las organizaciones terroristas] al abusar de sus poderes para brindarle respaldo a las actividades del Hezbolá”, agregó.

Venezuela también se ha convertido en una importante base de peraciones para la organización, que ha establecido campos de entrenamiento dentro del país sudamericano con la complacencia del régimen de Caracas.

El Hezbolá también ha encontrado en Venezuela en importante lugar para obtener fondos, por un lado recogiendo donaciones entre simpatizantes y por el otro con el establecimiento de jugosos negocios que brindan
una constante fuente de liquidez, explicó.

Pero una de las más importantes fuentes de financiamiento podría estar proviniendo de otro tipo de actividades.

“Sabemos que ellos han cooperado con agrupaciones colombianas del narcotráfico, ingresando en el negocio de la cocaína, e involucrándose en otras operaciones de narcotráfico”, dijo.

“Todo esto es muy alarmante. Esta es una relación muy peligrosa. Los vecinos de Venezuela deberían saber lo que está pasando en el país, para que puedan tomar decisiones inteligentes sobre el gobierno venezolano”, comentó el ex secretario de Estado.

“El gobierno chavista no ha sido evaluado por sus vínculos con organizaciones criminales y terroristas y parte de esa responsabilidad recae sobre Estados Unidos, al fracasar en entender cuál es el problema y en no presentar el caso ante la justicia”, agregó.

Fuente:elnuevoherald.com