LEVINAS-

ADOLFO GARCÍA DE LA SIENRA

Adriana Menassé* me ha señalado que en las discusiones ética levinasianas no está en cuestión ni es relevante la discusión relativa a la existencia de Dios: “lo que está diciendo Levinas es que el meollo de su pensamiento no es la existencia de Dios, ni siquiera inferida por lógica, sino su huella a través de los actos de bondad y de justicia
entre seres humanos. La trascendencia es una trascendencia ética más que religiosa. Es interesante mencionar cómo Levinas contempla esta relación. En la entrevista que aparece transcrita en La huella del otro, puede leerse este intercambio entre Levinas y el Profesor Lenger”:

Lenger. – Por supuesto que me parece que la tradición judía en sus textos es solamente un momento ilustrativo. Es cierto que usted nunca introduce lo bíblico para fundamentar una aseveración filosófica, es por eso que es muy importante la indicación de la fuente fenomenológica de su pensamiento para borrar con ello los posibles malentendidos. Sin embargo lo bíblico en sus textos no queda sólo en eso. ¿Acaso no marca un lugar en el que el pensamiento pregunta por lo no-pensado —dicho esto con precaución— y en el que se expone una experiencia a partir de la cual el pensamiento se posibilita a sí mismo?

Levinas. – Estoy muy apegado a los textos judíos. Leo la Biblia como el libro de los libros… Y si bien provengo de Lituania, sólo tuve acceso a la tradición judía mucho más tarde. Sepa usted que Lituania dentro del judaísmo era algo extraordinario. Allí se forjó un tipo especial de judaísmo para el cual el Talmud era central… Contrariamente, mi puro método filosófico de preguntar a las cosas viene de la fenomenología. En 1923 fui a Francia y en esa época estuve muy influido por Henri Bergson… Estudié dos semestres con Husserl y uno con Heidegger. Y la fenomenología fue para mí un acontecimiento, este preguntar por el trasfondo, este preguntar por el horizonte, este método de poner en escena lo abstracto, porque así entiendo el método de Husserl… Y en lo que respecta a la religión:
Yo no sé si creo en la existencia de Dios en este tradicional sentido teológico. Me parece más importante que la Biblia sea divina.

Lenger. – La Escritura.

Levinas. – No como acontecimiento de un intercambio de la Escritura por Dios. Creo en la actualidad del ser de este Libro que puede ser leído totalmente en forma atea. El judaísmo, el ser del judaísmo que consiste en el cumplimiento de los mandamientos religiosos, me parece que es una forma de darle a este Libro un contexto, una posibilidad de darle continuidad y de mantenerlo legible. (E. Levinas, La huella del otro, Taurus, México, 2000, pp. 97-101)

Mi respuesta a Menassé es que la fenomenología —al igual que cualquier doctrina filosófica— también posee presuposiciones religiosas que condicionan la forma en que se lee el Tanaj y el Talmud. Es por ello que no resulta tan extraño que diga que no sabe si cree en la existencia de Dios en el sentido teológico tradicional. De hecho, esta
expresión da a entender que no cree realmente en dicho Dios, lo cual se confirma más abajo cuando dice que el Libro puede ser leído en forma atea. Pero entonces sí resulta absurdo que diga que la Biblia es “divina”. Afirmar que la Biblia es divina presupone que se cree en la existencia de Dios en el sentido teológico tradicional. De modo que
decir que la Biblia es divina es inconsistente con la afirmación de que no sabe si cree en la existencia de Dios en el sentido teológico tradicional. Lo que estoy diciendo es que es incoherente esa forma de hablar.

Finalmente, la adopción de los mandamientos “religiosos” del Tanaj de manera atea requeriría una fundamentación para hacerlo, una fundamentación que no es simplemente la creencia de que los ha ordenado Dios. Pero entonces sale sobrando la apelación a la Biblia, ya que sus fundamentos se encuentran en otro lado.

* La Dra. Adriana Rosa Menassé Temple es investigadora en el Instituto de Filosofía de la Universidad
Veracruzana. Su campo de investigación es la ética, la filosofía del derecho y la filosofía judía.