BruceSpringsteen1404122012-03-15 (2)

Bruce Springsteen nunca ha dado un concierto en Israel. Ni los cinco clubs de fans repartidos por todo el país han logrado encandilarlo. Lleva tres años consecutivos anunciando actuaciones y tres años cancelando la cita.

“De este verano no pasa”, se ha dicho la familia Oppenheim, y ha iniciado una campaña en las redes sociales para atraer la atención del Boss. Su página de Facebook cosechó más de 10.300 adhesiones en diez días y ha animado iniciativas en paralelo: más de 5.000 cartas a Columbia –la discográfica del rockero- para presionar en la organización de su tour, vídeos con testimonios de israelíes repartidos por el mundo reclamando su presencia… Los Oppenheim juegan con ventaja sobre sus compatriotas porque el pequeño de la casa, Morty, fue elegido por Springsteen para subir al escenario con él y entonar Waiting on a sunny day, el pasado año, en Boston.

De momento, la entrada trucada por Photoshop que encabeza su página, anunciando un ficticio concierto en Ramat Gam –una población anexa a Tel Aviv, con uno de los mayores estadios de Israel- parece lejos de convertirse en real. Shuki Weiss, el promotor musical más poderoso del país, el hombre que trajo a Lady Gaga o Madonna, reconoce que “a día de hoy, no es posible que Springsteen venga, pero lo hará algún día”. “Los problemas son puramente de programación, no tiene nada que ver con la política”, matiza.

Y es que las sucesivas anulaciones del músico de Nueva Jersey hacen sospechar que ha podido convertirse en un sarvanim, otro artista que sucumbe a las presiones de los activistas de la campaña BDS (boicot, desinversión, sanciones) que, entre otros vetos sobre el comercio o el mundo académico, plantea el bloqueo cultural sobre Israel como protesta contra su ocupación de los Territorios Palestinos. “Working on a dream for justice, not apartheid”, reza la otra página de Facebook, la réplica a los israelíes, un guiño al disco con la E Street Band (2009).

Depeche Mode o Red Hot Chili Peppers tocaron en Israel recientemente pese a la oposición de más de 200 organizaciones propalestinas y en gran parte fue gracias a la presión popular israelí en la red. Frente a ellos, Steve Wonder, Elvis Costello, Carlos Santana, Suzanne Vega o Deep Purple, que decidieron no viajar a Israel tras conocer por estas ONG la situación en Gaza y Cisjordania.

Hay miedo a que otra cantante, Alicia Keys, acabe cediendo también al boicot. Su concierto está confirmado para el 4 de julio en Tel Aviv pero las entradas aún no se pueden comprar, pese a que los organizadores las prometieron para marzo. Para impedirle que se eche atrás, otra página de Facebook le pide que haga de su repertorio una “cita por la paz”. Enfrente, el BDS, que en Change.org ha recogido ya 4.500 firmas en contra. “Don´t be falling for apartheid”, le piden, algo así como “No te dejes embaucar”.

Fuente:elpais.com