ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

Dultzin es, por demás, un apellido sonoro, que para los no versados nos suena a dulce, a divertido. Sin embargo, cuando uno se adentra en la vida de uno de los personajes que portó y dio brillo a tan ilustre apellido, se sorprende de la capacidad de trabajo, compromiso y visión que el Ing. Samuel Dultzin (z”l) demostró.

El domingo pasado, se llevó a cabo la presentación del libro que precisamente habla de este hombre, el lugar no podía ser más apropiado y obligado: El Centro Deportivo Israelita. Hasta ahí llegaron amigos, parientes y conocidos que se dieron cita para recordar tanto al hombre, como a una de sus obras más notables: su esfuerzo y empeño, junto a otros, para crear el Centro Deportiva Israelita.

Ahí estuvieron el Lic. Eduardo Luis Feher, el Ing, Ishie Gitlin, La Lic. Jessica Kremerman, la Dra. Alice Gogman y Susy Dultzin, hija del Ing. Samuel Dultzin, fallecido muy joven.

Todos hablaron de su relación con él, de su personalidad y de lo palpable de su obra. Sin embargo, fue Susy, quien en entrevista exclusiva señaló: “Yo lo quería muchísimo y, de pronto, se fue cuando yo tenía cuatro años y cuando lo quería tanto”.

Sin embargo, y pese a su tierna edad, Susy absorbió parte de esa visión y compromiso social, ya que –como ella nos relató- sin saber exactamente por qué, de pronto ya estaba involucrada en el pueblo donde vive, en la adquisición de un terreno para una escuela y formó una orquesta.

Sin embargo, tal vez uno de los logros más meritorios de Susy, se encuentra en la culminación de este libro,”Ing. Samuel Dultzin, un hombre excepcional”, en cuyas páginas se plasma la obra de su padre.