06 de mayo 2013.-El desaparecido diplomático sueco Raoul Wallenberg, que salvó del holocausto a unos cien mil judíos en Hungría, se convertirá en la primera persona en recibir la ciudadanía honoraria en Australia.
Destinado en Budapest en 1944, Walenberg extendió salvoconductos a miles de judíos para escapar de la persecución a Suecia y ser acogidos por la Cruz Roja Internacional, y estableció casas seguras donde banderas suecas prevenían incursiones de la Policía.
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El diplomático, que fue arrestado por las tropas soviéticas acusado por espionaje y murió en la cárcel, también ha recibido reconocimientos por su labor durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, Canadá, Israel y Hungría.
Peter Wertheim, representante del Consejo Ejecutivo Judío Australiano, recordó que “a finales de 1944, el frente de batalla se trasladaba a Hungría y a Budapest. Hubo un último intento de los nazis para acelerar la masacre de los últimos 100.000 judíos que vivían en Budapest y trasladarlos a Auschwitz y echarles gas”.
Wallenberg “arrebató a decenas de miles de civiles de las narices de los Nazis y prevenir su traslado” al “pretender que los conocía y conferirles la ciudadanía sueca, a pesar de que casi ninguno tenían conexiones con Suecia”, explicó Werthein.
Frank Vajda, un neurólogo de Melbourne que le debe la vida a Wallenberg, recordó que en 1944, cuando tenía 9 años, el, su madre y una treintena de judíos estaban a punto de ser ejecutados por haberse arrancado la Estrella de David de sus ropas.
Mientras los militantes de la Cruz Flechada húngara, que eran pro-alemanes y antisemitas, los presionaban para colocarse de nuevo estos símbolos durante unos “minutos intensos, llenos de dolor y ansiedad” y esperaban las armas frente a una pared para ejecutarlos, llegaron un grupo de civiles liderados por Wallenberg, dijo Vajda.
“La atmósfera cambió y nos regresaron a la vivienda protegida. Todos nos miraron como si hubiéramos vuelto de la tumba”, agregó el neurocirujano de origen judío a la cadena ABC.
El diplomático fue detenido en la capital húngara el 17 de enero de 1945 por fuerzas soviéticas junto a su chófer, Vilmos Langfelder, y la versión oficial de Rusia, que acusaba a Wallenberg de trabajar como espía estadounidense, es que ambos fueron trasladados a una prisión donde falleció tiempo después de un infarto.
Fuente:eleconomista.es
Una respuesta
¡Hola Enlace Judío!
Maravillosa y valiente persona el Sr. Wallenberg. De veras que hay personas con corazón de oro como él. Me emociona saber que en este mundo tan hostil e inhumano, a veces surgen estas personas con un toque divino.
Shalom:
Sergio.
PD: ¡Qué vergüenza y estupidéz de la URSS! ¡Qué abominación cometieron muchos húngaros colaboracionistas de los nazis!