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RODICA RADIAN GORDON

Esta semana el pueblo judío celebra la fiesta de Pentecostés o Shavuot. Dicha fiesta conjunta muchas costumbres y tiene diversos significados, algunos asociados con el carácter religioso-ceremonial (Shavuot es una de las tres fiestas en que se acostumbraba a hacer peregrinaje al Templo de Jerusalén); otros asociados con la temporada agrícola (en la cual se comienza la cosecha y maduran las frutas); mientras que otras costumbres están asociadas con la Torá (Pentateuco) misma.

Según la tradición judía, en Shavuot el Pueblo de Israel recibió la Torá, que es la Ley escrita, junto con la Ley Oral, de manos de Dios en el Monte Sinaí. La Torá, así como una parte importante de la Ley Oral, es —antes que nada— un código legal que fija normas jurídicas y éticas para el Pueblo de Israel y para la humanidad. La Ley Judía es parte importante de la sabiduría de Israel y de su doctrina transmitida e interpretada a través de todas sus generaciones, y se distingue por la riqueza de sus fuentes, su diversidad, su pensamiento agudo, brevedad y claridad de estilo.

Tikun Olám (“mejorar al mundo”) —un valor fundamental en el pensamiento judío, que mis lectores ya conocen— proviene de dicha Ley Oral ya que su objetivo original era cuidar el bien común. A lo largo de los siglos se ha convertido en un compromiso social y personal. La idea de Tikun Olám aparece también en el movimiento sionista como un fundamento de la construcción de una nueva sociedad. Asimismo, en los últimos años ha sido adoptado por muchas ONG involucradas en proyectos altruistas que tienen como meta asuntos humanitarios, una mayor justicia social (es decir, mejorar la vida de gente marginada o en pobreza extrema) o preservar al medio ambiente.

Tikun Olám es uno de los fundamentos que guían a TEN (“¡dé!”), un proyecto altruista de empoderamiento a comunidades marginadas basándose en labor comunitaria hecha por jóvenes voluntarios israelíes y judíos en países como India y Etiopía, apoyado por la Agencia Judía. Dentro de pocas semanas el proyecto llegará también a México, a través de la colaboración TEN-Cadena, que es el Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales de la Comunidad Judía de México. Cadena tiene el propósito de apoyar a la gente necesitada en situaciones de desastres naturales y/o de pobreza extrema. Trabajando con algunas comunidades oaxaqueñas, estos jóvenes esperan marcar una diferencia para la gente local, dándoles las herramientas para una vida más digna e independiente.

Los proyectos manejados por TEN y Cadena (así como otros proyectos humanitarios realizados por organizaciones judías) tienen, además de su indudable valor para las comunidades locales, un elemento de identidad y ética judía que enfatiza la importancia del “factor humano” por medio de la responsabilidad individual y social así como el compromiso para moldear el futuro. De esta manera, la Ley Judía sigue siendo una fuente de inspiración, resignificando y actualizandose en la vida cotidiana de las nuevas generaciones.

*Embajadora de Israel en México

Fuente:excelsior.com.mx