8a0d0a47-f3f8-4d04-884c-3c6cfecebfbd

AGENCIAS CC y TÉLAM

El hombre fuerte del país donde la lucha fratricida ya costó entre 70 y 100 mil muertos, recibió a dos medios argentinos. “Si usáramos armas químicas, no lo podríamos ocultar”, dijo. En América Latina viven 15 millones de descendientes de sirios.

La entrevista gestionada durante meses por las agencias de noticias argentinas Télam y CC se concretó en una biblioteca del Palacio Presidencial en Damasco, con el trasfondo del sonido distante y esporádico de los obuses de la artillería que combaten en las afueras de la ciudad.

Fue la primera vez que este polémico heredero de la dinastía que gobierna con bota de hierro hace 42 años ese estratégico país árabe, aceptó hablar con periodistas del mundo hispano desde el inicio de la sangrienta guerra civil en marzo de 2011.

Durante la extensa charla, Assad pareció un ejecutivo de una corporación de negocios. Con cierta frialdad pero con gesto cordial, defendió la durísima ofensiva militar de sus tropas en todo el país y negó veracidad al número de muertos (más de 70.000) que reportan las Naciones Unidas. Rechazó también las denuncias sobre el uso de armamento químico como gas sarín, y negó que sus militares, muy bien equipados con armamento que les provee Rusia, estén utilizando fuerza excesiva en la represión.

-Una de las acusaciones más fuertes en su contra por EEUU y aliados es que tienen pruebas de que está usando armas químicas contra el pueblo. ¿Usted puede demostrar lo contrario?

-Las armas químicas son armas de destrucción masiva y si fuesen usadas sobre una ciudad o suburbio con un saldo de diez o veinte víctimas, ¿sería creíble? No, porque su uso significaría la muerte de miles o decenas de miles de personas en cuestión de minutos. ¿Quién puede ocultar algo semejante?

-¿Teme que con esas denuncias estén preparando el terreno para una intervención militar directa en Siria?

-Es probable, como ya hicieron en Irak. Occidente miente y falsifica para desatar guerras, es su costumbre, y nosotros no podemos descartar esa posibilidad. Es una gran probabilidad y suponemos que en algún momento puede producirse algún tipo de intervención militar directa, aunque sea limitada.

-¿Por qué razón Occidente apoyaría un gobierno extremista como el que proponen elementos fundamentalistas islámicos que están combatiendo junto a los insurgentes?

-A Occidente le importa tener gobiernos leales como los que existían en América Latina, que explotaban a los pueblos para entregar sus bienes. Y si son extremistas, los usan ahora y los combaten después. Aunque Afganistán lo refutó: apoyaron a los Talibán y con el 11-S pagaron un precio altísimo. En Siria tenemos un Islam moderado y por eso resistimos al fundamentalismo con todos los medios.

El presidente sirio, hijo menor del fundador de la dinastía, Hafez Al Assad, y que obtuvo el poder en relevo de su hermano, el candidato paterno que murió en un accidente, desafió a EEUU y el resto de las potencias occidentales al sostener que no existen posibilidades de dar un paso al costado como reclamó el canciller de Barack Obama, John Kerry. “Renunciar sería huir”, sostuvo. “No sé si Kerry u otro han recibido un poder del pueblo sirio para hablar en su nombre sobre quién debe irse y quién debe permanecer. Esto lo determinará el pueblo sirio en las elecciones presidenciales de 2014”.

Consultado sobre si las elecciones se realizarán con un ambiente de irrestricta libertad de prensa para la cobertura periodística y observadores internacionales, afirmó que “la presencia de observadores es una decisión nacional. Una parte del pueblo no tolera la idea de observadores externos partiendo del concepto de soberanía nacional. El pueblo sirio, además, no confía en Occidente”. Remarcó que en caso de que haya observadores en los comicios, “vendrán de países amigos como China o Rusia”.

Respecto a los límites a la libertad de prensa, sostuvo que habrá una nueva reforma de la Constitución después de la que se efectuó en 2011 poco después del inicio de la rebelión y recién entonces se verá ese tema. “Uno no puede hablar de libertad de prensa sin que haya libertad política en general, porque esto esta interrelacionado”, dijo sin aclarar con exactitud cuáles pueden ser esos vínculos.

-¿Cómo evalúa la posibilidad de una conferencia de diálogo entre distintos países planteada por EEUU y Rusia?

-Apoyamos cualquier gestión que conduzca a una solución política, pero creemos que muchos países que apoyan al terrorismo no la quieran efectivamente.

-¿No la quieren los opositores o las potencias?

-Es que son una sola cosa, porque en la práctica esas fuerzas opositoras viven fuera de Siria y están vinculadas a otros países, por lo tanto no tienen una decisión propia. Por eso, el aspecto básico a tratar es detener el flujo de dinero y armas a Siria y el envío de terroristas, quienes vienen básicamente a través de Turquía y con financiación qatarí y de otros estados del Golfo como Arabia Saudita.

Un médico aplomado y culto

Bashar al Assad es un hombre atildado, que siempre recibe con traje y tiene un aspecto calmo y distante que parece contradecirse con el sillón que le ha tocado. El líder sirio es un médico oftalmólogo, chiíta de la secta alauita, pero está casado con una sunita también siria nacida en Gran Bretaña a quien conoció en Londres, donde se radicó para ejercer su profesión. Sostiene que lo que ocurre en su país es una irrupción de lo que llama terroristas internacionales sostenidos por las potencias occidentales y también, desde la región, a través de Turquía, Qatar y Arabia Saudita.

“Nosotros tenemos una iniciativa política que incluye un diálogo. Pero en cuanto a los terroristas, nadie quiere dialogar con un terrorista. El terrorismo golpeó a EEUU y Europa, sin embargo ningún gobierno dialogó con los terroristas. Uno dialoga con fuerzas políticas, pero no con un terrorista que degüella, mata y usa gases tóxicos, que sí son armas químicas”, afirmó en su primera mención directa a ese tipo de armas.

-¿Cómo cree que evalúan la situación de acá los 15 millones de descendientes sirios que viven en América Latina?

-Siempre miramos a la numerosa colectividad siria de Argentina y América Latina como un puente cultural entre dos regiones alejadas. Por tal razón, esos pueblos entienden lo que ocurre en nuestra zona mejor que los europeos, que viven tan cerca del mundo árabe. Esas comunidades son las más capacitadas para entender este asunto y transmitir la imagen correcta allá.

-¿Se hace alguna autocrítica por toda esta situación en la que está inmerso su país?

-Hay que hacer autocrítica a diario, pero es ilógico hacerla antes que finalice el proceso. Cuando uno se autoevalúa no puede ser neutro y tal vez sea difícil ser objetivo en cuanto a las responsabilidades, ya que la evaluación correcta viene de los ciudadanos.

Al Assad rechazó la cifra que las Naciones Unidas denuncia de más de 70.000 muertos en lo que va de esta guerra, la más sangrienta de las que se han librado desde fines de 2010 e inicios de 2011 en países musulmanes de la mano de este impetuoso proceso democratizador que se ha llamado la Primavera Árabe.

“Habría que preguntar sobre la credibilidad de esas fuentes. Acaso podemos obviar el hecho de que muchos de los muertos de que hablan son extranjeros que vinieron a matar al pueblo sirio… Tampoco podemos obviar que hay muchos sirios desaparecidos. La cifra cambia constantemente porque los terroristas matan a la gente y a veces la entierran en fosas comunes”.

Assad reconoce que en su país hay “personas”, dice, del partido político y militar armado libanés Hezbollah, y de Irán, pero sostiene con firmeza que no están ahí para combatir.

Simplemente han estado antes de la guerra y lo siguen estando ahora, remarca intentado quitar valor a las denuncias en contrario en la prensa occidental sobre la presencia en el terreno de milicias de ese origen.

“No tenemos a combatientes de fuera de Siria, de otras naciones, y no hace falta ningún apoyo de ningún estado árabe o extranjero. Hay personas de Hezbollah e Irán en Siria, pero desde mucho antes de la crisis actual iban y venían a Siria”

Bashar al Assad reconoció que existe temor en su régimen por una eventual invasión. “Es una probabilidad vigente, especialmente después que hemos logrado golpear a los grupos armados en muchas zonas de Siria y el balance de fuerzas sobre el terreno comenzó a cambiar. Entonces estos países encomendaron a Israel que atacara para elevar la moral de los grupos terroristas”, remarcó en relación a la serie de recientes bombardeos en territorio sirio por parte de la aviación de guerra israelí.

Por último, el hombre fuerte sirio negó tener información sobre el paradero del periodista italiano Domenico Quirico, desaparecido hace un mes en el norte del país cuando cruzó desde Líbano, y del norteamericano James Foley, cuyo rastro se perdió hace seis meses aunque su familia cree que está detenido en prisiones del gobierno.

Fuente:losandes.com.ar