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MARÍA IVERSKI

El pasado domingo el grupo chií libanés Hizbolá participaba en la mayor ofensiva conjunta con el Ejército sirio desde el inicio del conflicto para recuperar la ciudad de Qusayr, importante bastión rebelde a apenas 6 kilómetros de la frontera con Líbano, y que se saldó con más de 70 muertos, al menos 23 de ellos de las fuerzas de élite de Hizbolá, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

La activa intervención de Hizbolá en los enfrentamientos que se vienen sucediendo en las últimas semanas en la zona fronteriza de ambos países resulta cada vez más evidente, no solo por las denuncias de activistas en este aspecto, sino por las propias declaraciones de su líder, Hassan Nasralá, quien recientemente afirmaba que los amigos de Siria no permitirían que el país acabara en manos de Estados Unidos ni de grupos extremistas.

Para ello, la milicia chií no habría dudado en enviar a cientos de operativos a luchar en Siria bajo el deber de cumplir con la yihad (guerra santa). De acuerdo con fuentes opositoras citadas por el periódico «Al -Arabiya», el pasado mes de abril entre 700 y 1500 militantes de Hizbolá podrían haberse desplegado alrededor de las ciudades sirias de Al-Nazariyeh y Qusayr, en la provincia de Homs, si bien la cifra exacta de combatientes en territorio sirio constituye una incógnita.

Mientras que el grupo de Hassan Nasralá continúa con su defensa pública del régimen de Damasco, una actitud que empieza a levantar críticas en el seno de su propia comunidad, el número de cadáveres de hombres jóvenes que retorna al Líbano sigue creciendo. En ciudades como Baalbek, uno de los principales feudos chiíes en el este del Líbano, no es ningún secreto que miembros de Hizbolá cruzan con frecuencia la frontera para respaldar al ejército sirio y que, incluso, llegan a celebrarse uno o dos funerales diarios, tal y como ha recogido en diversas ocasiones la prensa local citando a familiares que no desean ser identificados. Los «mártires» son enterrados de forma silenciosa en poblaciones chiíes del sur y este del país y a sus parientes se les pide discreción sobre las circunstancias de sus muertes.

Cada vez más implicado

Conforme avanza la guerra siria, la implicación de Hizbolá en la misma cobra cada vez un mayor peso.

Fuentes militares consultadas por ABC estiman que los enfrentamientos armados en Siria continúan contaminando la situación en el Líbano y que la última ofensiva del régimen pone de manifiesto el destacado papel del Partido de Dios en el conflicto. La ayuda de Hizbolá al régimen en Qusayr se revela como vital para que éste pueda mantener abiertas sus líneas de comunicación, no hay que olvidar la importancia estratégica de esta localidad que conecta Damasco con la costa donde se encuentran las comunidades alauíes a las que pertenece al Assad, y facilitar así una posible salida si cayera Damasco.

De acuerdo con estos mismos analistas «la evolución del conflicto y su desarrollo abierto en el país del cedro no parece que dependa de la política de disociación o neutralidad que intenta mantener el gobierno libanés. Más bien se encontraría ligada a una ruptura del actual equilibrio de las fuerzas contendientes en Siria, lo que abriría la tentación al bando en desventaja de incorporar un nuevo frente militar y político que incluyera el territorio libanés, con consecuencias difíciles de prever».

Fuente:wwww.abc.es