Israel

Sal Emergui, desde Jerusalén

Situado, o mejor dicho camuflado, en el bullicioso mercado de Majane Yehuda de Jerusalén, encontramos un museo único en la región. En una época en la que la economía está más presente que nunca y al contribuyente le cuesta llegar a fin de mes, debería ser también uno de los más visitados. Se trata del Museo de Impuestos de Israel que recoge certificados, fotografías, membretes y todo tipo objetos desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días.

“Este museo es muy especial y tiene dos fines. Por un lado, histórico donde se puede ver la evolución y características impositivas en cada época. Por otro, es educativo ya que creo que venir aquí debe ser una obligación en la clase de ciudadanía para los estudiantes del Instituto”, explica la directora, Mira Dror, a ELMUNDO.ES. Esta mujer es el cuerpo y alma de la muestra ejerciendo prácticamente todos los puestos imaginables.

Foto: Mira Dror.Foto: Mira Dror.

Con una extensión de 200 metros y dependiente del ministerio de Finanzas, el museo se creó en 1965 y no sólo exhibe documentos de Israel. “Puede ser también muy atractivo para los turistas ya que tenemos documentación de muchos países”, apunta Dror recordando que el primer museo de este tipo y dimensiones está en Rotterdam. En Israel, donde el Gobierno acaba de anunciar un aumento de impuestos, no es precisamente una temática popular.

México

María Verza, desde México DF

¿Qué la economía es aburrida? Nada mejor para demostrar lo contrario que el Museo Interactivo de Economía, el MIDE, el primero de estas características en el mundo y que está situado en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México. Abierto desde 2006 en un convento del siglo XVIII, el MIDE ha recibido numerosos premios y ha sido referencia en Estados Unidos, Alemania y España.

Entre sus curiosidades está poder participar en una jornada de la bolsa; pasearte por miles de pesos triturados (los billetes solo tienen seis meses de vida y luego acaban hechos añicos); poder crear tu propio dinero o una tarjeta de crédito personal; convertirte en banquero… Desde los 6-8 años a los 99 uno puede disfrutar jugando en cualquiera de los interactivos o simuladores de un museo del que se sale con una gran conclusión: la economía está en todas partes.

“No somos nuestros rasgos físicos, somos los que expresamos, nuestra conducta. El rostro es la historia de la vida de cada quien”. El fisionomista Sergio Jaubert, responsable del Museo del Retrato Hablado, amontona más de un millón de dibujos en este modesto lugar de Coyoacán, un departamento reconvertido en sala de exhibición que los puristas pueden criticar tanto como los que rechazan que un montaje de cuerdas colgantes, como los que se exhiben en el Museo del Eco, sea arte.

Sin embargo, Jaubert, que se jacta de ser el inventor en los años 60 del retrato hablado (un método de reconocimiento facial de delincuentes mediante dibujos que no solo incorporan las facciones físicasrecordadas por los testigos sino las sensaciones que tuvieron al ver al criminal), defiende su museo y garantiza que los visitantes salen satisfechos.

En la sección segunda del Bosque de Chapultepec, está la Fuente de Tláloc, dios de la lluvia, y el lugar desde donde se distribuye el 30 por ciento del agua de la ciudad, el Cárcamo de Dolores: arte en estado puro y al servicio de la sociedad. “Este tesoro escondido que data de 1951 es la conjunción de una pieza de ingeniería hidráulica para el abastecimiento de agua y una obra artística de Diego Rivera”, explica el responsable del recinto, Cuauhtémoc Cárdenas.

Rivera quería dar vida a la escultura de Tláloc, toda en mosaicos, y al mural acuático por el que corría el agua haciendo ‘bailar’ las figuras pero desde 1990 se decidió secar el mural para garantizar su conservación. En diciembre de 2010 se rehabilitó la zona completada con una instalación sonora de Ariel Guzik, cuya melodía de armónicos y subarmónicos varía según el sol, el viento y el agua que pase por el cárcamo.

 

 

Fuente: El Mundo