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RODICA RADIA GORDON

Hace una semana se llevó a cabo en Jerusalén el cuarto encuentro del Foro Global para Combatir el Antisemitismo, cuya misión es enfrentar las crecientes manifestaciones de este fenómeno recurrente en la historia, así como de toda forma de racismo y fomentar la aceptación del “Otro”, el respeto mutuo y la tolerancia. Dicho foro representa una coalición de parlamentarios, políticos renombrados, académicos de prestigio, organizaciones de la sociedad civil, así como líderes religiosos.

En esta ocasión participaron alrededor de 500 personas de más de 40 países, y el tema principal fue la formulación de un Plan de Acción concreto, nutrido por sugerencias y propuestas formuladas en los grupos de trabajo. Entre otras, se discutieron las manifestaciones antisemitas en diferentes partes del mundo, incluido América Latina; el antisemitismo disfrazado y oculto tras la deslegitimación de Israel y el antisionismo; la legislación y la aplicación de leyes relevantes en diferentes países como parte del combate en contra del fenómeno; el diálogo interreligioso como herramienta para aminorarlo; la educación para la tolerancia y el respeto mutuo en el campus universitario; y el combate al antisemitismo y al racismo en las redes sociales.

Los participantes coincidieron en el rol clave de la educación en todos niveles en su combate —gubernamental, de los medios, así como estudiantil y de la sociedad civil— ya que desafortunadamente el antisemitismo sigue existiendo en diferentes maneras y representa una amenaza a toda democracia.

Una de estas modalidades en que se expresa es la deslegitimación de Israel. Un análisis más preciso muestra que los grupos detrás de la promoción de ideas tales como la negación del derecho de Israel a existir como Estado judío; la ecuación entre Israel y el apartheid; así como el llamado a boicotear ya sea productos o científicos israelíes, son grupos que tienen propósitos incompatibles con políticas estatales antidiscriminatorias, con la libertad de palabra y con el respeto a los derechos humanos. Más aún, muchos de estos grupos practican formas de hostigamiento antisemita, intimidación y/o bullying.

Dado lo anterior, quisiera llamar la atención a la labor hecha por la Alianza Internacional para la Conmemoración del Holocausto, representada en el Foro por su presidente. Reconociendo que el Holocausto desafió las bases de la civilización por su carácter y magnitud sin precedentes en la historia, tal como se expresó en la meticulosa planificación nazi del exterminio, el entonces premier sueco, Goran Persson, inició en 1998 una organización internacional cuya meta es promover la educación sobre el Holocaustoy su conmemoración.

Hoy día, la Alianza cuenta con 31 países miembros (la gran mayoría europeos, así como Estados Unidos, Canadá, Israel y —de América Latina— Argentina), y el país que la preside actualmente es Canadá. Parte importante de su actividad es la investigación enfocada en los años del Holocausto, basándose en archivos estatales y otros materiales. Además, los países miembros han incorporado los estudios del Holocausto en el sistema escolar (en los diferentes niveles de educación secundaria) y capacitan a los maestros de historia en dicho tema por medio de programas especiales.

En su declaración ante el IV Foro Global, el presidente de la Alianza enfatizó que la ignorancia y el odio se pueden combatir solamente con el conocimiento. A su vez, el estudio preciso del Holocausto lleva a un mejor entendimiento de otros genocidios y de la violación de los derechos humanos. Únicamente a través de dichos esfuerzos, así como del fomento y desarrollo de la conciencia de la necesidad de hacer frente al antisemitismo como fenómeno histórico recurrente, se puede enfrentar y evitar la discriminación que tiene sus resortes en la etnicidad, la religión o en cualquier otra identidad o pertenencia colectiva.

*Embajadora de Israel en México