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Los palestinos protestaron por la celebración hoy y mañana en Jerusalén de una exhibición automovilística porque, afirman, su recorrido “entra en Jerusalén Este” y está organizada por una alcaldía “involucrada en la desposesión de los palestinos”.

“Tenemos dos problemas con la carrera, uno es que pasa por la parte palestina de la ciudad y el otro tiene que ver con que desvía la atención (del conflicto) y trata de normalizar una situación que no es normal”, dijo a Efe Xavier Abu Eid, portavoz del Departamento Político de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Aunque llamado “Jerusalem Formula – The Peace Road Show (el espectáculo de la carretera de la paz)”, el evento incluye todo tipo de vehículos -motos y coches, no todos de carreras- en lo que representa la primera exhibición de este tipo en Israel.

La exhibición fue inaugurada hoy por el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, que en los últimos años ha llenado el calendario de la ciudad con actos culturales destinados a atraer al turismo y restaurar la vida secular en la urbe tras años de abandono por parte del alcalde ultraortodoxo anterior, Uri Lupolianksi.

Abu Eid consideró que se tratan todos ellos de “esfuerzos para desviar la atención de las demoliciones de casas palestinas y de la expansión de colonias (en Jerusalén Este) hacia eventos de otro tipo, intentando con ello normalizar la situación de ‘apartheid’ en la que viven los palestinos”.

“El problema es tanto el recorrido como quien lo organiza”, apuntó.

De apenas 3,3 kilómetros, el itinerario de los coches y motos pasa por el centro de Jerusalén, bordea las murallas de la ciudad vieja, siempre dentro del territorio israelí y, junto a la famosa puerta de Yafa, un tramo de unos cien metros de la carretera se adentra en una bolsa que entre 1948 y 1967 se consideró “tierra de nadie” (No man’ s land, según la terminología legal en los mapas).

“Nuestra postura oficial es que la tierra de nadie es también parte de Palestina”, señaló Abu Eid.

Consultado por Efe, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Igal Palmor, desestimó las quejas y apeló para ello a la propia definición de “Tierra de nadie”.

“Es una queja absurda e intrascendente, llena de contradicciones y contraria al derecho internacional. ‘Tierra de nadie’ por definición era un territorio fuera del control de las partes, y en cualquier caso la soberanía antes de 1967 se dividía entre Israel y Jordania, así que los palestinos no tienen ningún estatus legal”, dijo Palmor.

Para Israel, las quejas palestinas responden a su “típica mala fe”, porque “lo que quieren es que los israelíes no tengamos una vida normal o que no haya ningún tipo de actos en Jerusalén hasta que los palestinos lo autoricen, lo cual es absurdo e insensato”.

Sobre la normalización de la vida en Jerusalén, el portavoz destacó que “la exhibición está abierta a todo el mundo, incluidos los palestinos”, por lo que estimó que “las quejas responden a un comportamiento ilógico e irracional” que “muestra cómo los palestinos se perjudican a sí mismos cada vez que tienen la oportunidad”.

Fuente:laaficion.com