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Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico, plasmó varias experiencias de su trayectoria de 15 años en la administración pública, en el título De la idea a la práctica, para quienes tienen el propósito vocacional de servir a la sociedad desde las instituciones.

México ha construido grandes instituciones y en ellas, miles y miles de personas, desde posiciones modestas, hasta cuadros directivos, entregan lo mejor de sí mismas, y a ellos es a quienes va dirigido el libro, comenta Chertorivski, el cual se redactó en unos meses, pero encierra 15 años de esfuerzo de un equipo.

El ex secretario de Salud (en la recta final del sexenio del ex presidente Felipe Claderón) aclara que en su paso por la administración pública —Diconsa, Seguro Popular, Secretaría de salud— no ha actuado en solitario.

El trabajo que propone es en equipo, en el cual hay quien dirige, pero los resultados son también de quién pone el balón, de un medio, de un defensa, de un portero.

“De la idea a la práctica”, fue presentado ayer por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade.

Salomón Chertorivski asegura que el tema de su libro es poco explorado.

Está optimista. Satisfecho por plasmar en un libro lo que llama “el cierre de un ciclo en el quehacer público”, al frente de programas e instituciones, en este caso federales. Chertorivski ha abierto una nueva etapa al incorporarse como secretario de Desarrollo Económico del Distrito Federal. La responsabilidad federal y la local tienen diferencias, señala.

Estudiantes de Administración, funcionarios en activo, son los lectores potenciales de esta narración que explica cuestiones que los lectores no encontrarán en las aulas de la carrera profesional. La intención, precisa, es mostrar el mundo del servicio público con sus escenas ejemplares, pero también con sus sabores amargos.

“Se lee fácil, es sencillo”, es útil. Indica las posibilidades, retos y exigencias que imponen ser flexible, encontrar atajos en los procedimientos de la burocracia tradicional para cumplir con prontitud cuando más se necesita, señala Chertorivski.

Inquieto, en constante movimiento, el autor asegura que ese texto surgido de la experiencia de su equipo, puede transmitir conocimientos para que el servidor público “nuevo” alcance más pronto niveles de eficiencia.

Primero, dice, hay que entender a la institución. Somos muy afectos al borrón y cuenta nueva. La opción que plantea es conocer la estructura a la que se llega, a la gente, “meterse a fondo”.

Paso dos: elaborar un diagnóstico. La situación en la que se planta uno debe ser conocida y analizada.

Paso tres: planear y realizar el trabajo con un espíritu participativo, con comunicación organizacional.

Está satisfecho de realizar una convicción: los servidores públicos deben escribir sobre sus experiencias, dar a conocer, en esquema de estudio sistemático, lo que encontraron: gente solidaria, sobre todo, recuerda, en emergencias por desastres naturales.

Al fin de todo, la flama del servicio público puede prenderse con el ejemplo de choferes que la hacen de buzo, para anclar equipos en una inundación y seguir el auxilio a comunidades damnificadas.

También embarnece el servidor público que tiene la oportunidad de convivir con el Ejército y la Marina en momentos difíciles para la población, como aquellos 40 días en que vivió en un Tabasco sumergido en la peor inundación de su historia, a cargo del programa Diconsa, con la distribución de víveres.

Salomón Chertorivski dice: “Este libro llevó meses redactarlo y 15 años vivirlo”.

Fuente: El Universal