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ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

Con la dirección y adaptación de Carlos Corona, La Prueba de las promesas, de Juan Ruíz de Alarcón cuenta con un elenco formado por Rosenda Monteros, Oscar Narváez o Diego Jauregui a nosotros nos tocó con Oscar Narváez, Mariana Gaja, Yulleni Pérez Verttí, Héctor Holten, Everardo Arzate, Eduardo Candás, Andrés Weiss o Luis Lesher, Ana Isabel Esqueira, Alvaro Zuñiga, Abril Mayet y Alan Uribe, Alberto Rosas o Leonardo Soqui, con funciones de jueves a domingo a las 18:30 hrs. y entrada gratuita. Hay que recoger los boletos en taquilla unas horas antes.

Un hecho inminente en el Teatro Clásico es el uso de la magia para diversos fines y esta obra no es la excepción. La magia se pone a debate en tiempos donde la Inquisición tenía gran poder, la cual no impedía el uso de la misma entre todas las clases sociales. La prueba de las promesas es una pieza inscrita en la estructura del teatro dentro del teatro.

En un lenguaje propio de la época en la cual fue escrita, con alegorías propias de la mitología, el amor siempre presente, crea conflictos, el escenario con puertas movibles cambia junto con lo que el propio elenco mueve.
La música con uso incidental tocaba en vivo siendo los mismos actores los encargados, además de que apoya la historia; otro elemento presente en este género es la rivalidad, juegos de poder constantes con la familia y el amor por una mujer.

El vestuario nos remite a siglos anteriores, donde se hablaba castellano y en el caso de esta obra en verso y, como dirían castizo por provenir de Castilla.

Juan Ruíz de Alarcón fue el gran dramaturgo Novohispano, un término frecuente es la nigromancia, una ciencia que ya no se usa pero que marcó el camino a la alquimia, a la postre la química, astronomía y física.

Un hecho ineludible es que la escuela de hace siglos como Shakespeare no pierde vigencia, donde la hipocresía es un hecho presente, da mucho gusto cuando los foros, y en este caso La Corrala, que es una estructura para llevar el teatro como se hacía antes, están llenos de generaciones de jóvenes gozando este género de teatro delicioso y relajante, apto para toda la familia.

Ya que el amor y el poder son los grande motores de la humanidad, siempre presentes en la literatura, no puede faltar la comedia de enredos así como la comedia picaresca, donde los criados juegan un papel central además del rol que juegan las apariencias.

Juan Ruíz de Alarcón es orgullosamente nacido en Taxco, en su honor todavía se llevan al cabo las Jornadas Alarconianas, sigue siendo un gran representante del teatro Novohispano de esa época llevando muy en alto el haber nacido en Taxco de lo cual se sintió muy orgulloso.

Dicen que “no hay nada nuevo bajo el sol”, si bien las situaciones se pueden presentar de otra forma aún ahora se sigue luchando por el poder y el amor, siguen las guerras y la violencia, los seres humanos no cambiamos a pesar de los siglos. Nos preguntamos qué pasaría si Juan Ruíz de Alarcón se levantara de su tumba y viera lo que ocurre actualmente.

Realmente los invitamos a gozar esta puesta que estará durante los meses de junio y julio en el Centro Cultural del Bosque, donde tenemos una reflexión muy interesante sobre el actor y el personaje al estilo Brechtiano.