Stabat_Mater

ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

Stabat Mater es un retrato y una crítica de la sociedad al mismo tiempo. La obra vuelve a la escena con una nueva propuesta a cargo de David Jiménez y plantea una reflexión de la vida familiar. Es una composición que significa “estaba la madre”, como una secuencia o troppo de Aleluya Gregoriana escrito por el Papa Inocencio III y el franciscano Jacopone Da Todi en el siglo XVII, donde se habla del sufrimiento de María, madre de Cristo.

La vida de una familia con conflictos personales y económicos es el detonador para que Humberto Leyva exponga en un microcosmos particular los males de la sociedad contemporánea. Stabat Mater es la segunda pieza de una trilogia que cuenta a desgarradores fragmentos la historia de una familia y las relaciones de afecto de cada uno de los integrantes.

Acorde a diversos tratados internacionales, muchos de los cuales se quedan en papel mojado, uno de los derechos del niño es jugar. El juego es uno de los primeros mecanismos de socializar, roles como líder y seguidor se comienzan a perfilar en esta dinámica social, las reglas dinámicas y el rol son de las primeras actividades que al crecer asumirán.

La protagonista retorna a casa y comienza a jugar con sus amigos, el espacio de la puesta se torna en un espacio donde se ven estacas y algunos puntos de distintos colores, éstas son acomodadas y reacomodadas según el cuadro, apoyándose con estambres con los mismos colores que los puntos, mismos que son cortados por los mismos actores antes de cada cuadro, creando figuras distintas, éste es un espacio índico con todo lo que implica.

Rayando en la adolescencia, los protagonistas realizan un interesante trabajo corporal que nos habla de mucha preparación además de varias técnicas, incluyendo una interpretación muy buena de tap con punta y tacón, de twist de la época de los sesentas; un teléfono de disco como un personaje para entender lo que pasa con uno de ellos que solo es mencionado pero no aparece, pero que le da un sentido a la historia.

Una relación entre una madre, su hija, una amiga, que por cierto está embarazada, una madre que regresa de una clínica por un problema de alcoholismo, una amiga del hermano de una ellas que por cierto ha estado desaparecido por un año, aquí es donde es importante el teléfono, estas historias se van vinculando mientras la escena se va transformado, marcando un retículo, ésta se va tornando aún más inusual a lo largo de la misma, llevándonos a la respuesta de lo ocurrido con el hermano.

Un trabajo que vale la pena conocer, los invitamos a dejarse llevar por estas historias que seguramente les dejarán alguna reflexión sobre los adolescentes y su mundo. Se presenta los miércoles a las 20:30 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico en Av. Revolución 1500, cerca del metro Barranca del muerto, con las actuaciones de Marilú García Luna, Adriana Montes de Oca, Gerardo Miranda y Paola Torres Rico.