FERNANDO DWORAK

El pasado 7 de julio hubo elecciones locales en 14 entidades de México y en una más tuvo lugar una extraordinaria para suplir a un diputado local. La siguiente tabla muestra los cargos que fueron votados:

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Más allá de las agendas locales, este proceso electoral fue relevante para la clase política local por un factor: las negociaciones en torno al Pacto por México. Hablamos aquí de un proceso de negociación de agendas que ha emprendido el presidente Enrique Peña Nieto con los dirigentes de los tres principales partidos (PRI, PAN y PRD) donde cada parte busca sacar sus agendas.

El Pacto por México se dio en una coyuntura particular: tanto el PAN como el PRD están internamente resquebrajados y tienen grupos en su interior que pelean por quedarse con los institutos políticos. Gracias a ello no se tienen hasta el momento liderazgos que puedan competir por la presidencia en 2018, lo cual facilita los acuerdos. Es decir, en 2012 no se pudo haber hecho algo así pues el PRI estaba construyendo la candidatura de Enrique Peña Nieto, y Andrés Manuel López Obrador era el líder indiscutido de la izquierda.

Sin embargo, esto significa que los líderes del PAN y del PRD que negociaron con el PRI deben quedarse en sus puestos hasta que el Pacto cumpla con sus expectativas, en particular las del Gobierno. Si ellas caen, las negociaciones vuelven a empezar desde cero, acabando con la dinámica alcanzada desde diciembre. Por lo tanto, los presidentes del PAN (Gustavo Madero) y el PRD (Jesús Zambrano) debían rendir cuentas positivas en las elecciones locales de 2013, con el fin de aquietar los disensos internos y consolidar sus liderazgos.

Por lo anterior, se consideraba que el PAN necesitaba conservar al menos la gubernatura de Baja California (que atesora desde 1989), y otras posiciones clave en estados como Puebla y Oaxaca para que pudieran proseguir las negociaciones del Pacto.

También hay otros elementos locales a considerar. Por ejemplo en Puebla, el mandato del Congreso local y los ayuntamientos será de 4 años, 8 meses, al contrario de los 3 años constitucionales. La razón: en 2012 se reformó la Constitución del Estado para que los periodos de gobierno estuviesen sincronizados con la federación, que tiene sus elecciones intermedias en 2015, y las de presidente y cámaras del Congreso de la Unión en 2018.

Esto significa que el Congreso local que se eligió el domingo pasado cubrirá la segunda mitad del gobierno de Rafael Moreno Valle, así como al gobernador que se elija en 2016.

Otro elemento a tomar en cuenta es que en Zacatecas y Quintana Roo compitieron por primera vez candidatos independientes, una vez que la Constitución federal se reformó en 2012 para permitirlos.

En cuanto a los resultados, todavía tiene lugar el conteo y muy probablemente va a haber numerosas impugnaciones, así que algunos resultados de los que hoy se ven pueden estar sujetos a revisión.

Por lo pronto, al parecer el PAN mantiene Baja California y Puebla y avanza en Coahuila y Aguascalientes. El PRD mantiene posiciones en Oaxaca Aguascalientes, aunque pierde presencia en Zacatecas. El PRI se mantiene fuerte en los demás estados, si bien no logra mantener algunas posiciones. Incluso avanza en Sinaloa, gobernada por la coalición PAN-PRD.

Por otra parte ganó un candidato independiente en un municipio Zacatecas, aunque ya había sido edil de 2007 a 2010: su victoria fue producto de un trabajo previo y no precisamente de hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política.

¿Cómo leer estos resultados?

Por el momento el grupo de Gustavo Madero parece fortalecerse de cara al cambio de órganos del PAN, que tendrá lugar a finales de este año. Jesús Zambrano puede no tener la misma suerte al frente del PRD, aunque podría negociarse. De todas formas su partido tiene interés en la reforma política de uno de sus bastiones: el Distrito Federal.

Si bien el Pacto por México continuará con toda probabilidad en los próximos meses, existe el peligro de que las diversas acusaciones durante los procesos electorales puedan llevar a una reglamentación en la materia más restrictiva que la que hoy se tiene.

Para decirlo de otra forma, nuestro Instituto Federal Electoral tiene una estructura compleja donde los partidos se imponen numerosos puntos del veto. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación representa otro contrapeso al Instituto. El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales regula hasta los detalles más pequeños, pudiendo en ocasiones llevar a la confusión respecto a su aplicación. La reforma electoral de 2007 restringió aún más los márgenes de competitividad al prohibir las campañas negativas o no permitir que particulares contraten espacios en los medios.

Por lo tanto, el temor es que el PAN y el PRD impulsen reformas aún más restrictivas, como centralizar todas las atribuciones electorales en un órgano nacional, pensando que con eso se ata las manos de los gobernadores. O generar nuevas causales para anular elecciones.

Durante los meses anteriores a la campaña surgieron acusaciones de que el PRI estaba usando los programas sociales con fines proselitistas. Aunque eso lo hacen todos los gobiernos, el PAN y el PRD forzaron a que se firmase un adéndum del Pacto, donde todos se comprometían a no usar programas de desarrollo.

Para muchos analistas ese adéndum era una forma de maniatar a la federación, permitiendo que los gobernadores usasen sus programas locales. ¿Qué implicó esto para la clase política local? Fundamentalmente, una mayor libertad de operación en los estados controlados por la oposición, aunque eso no determinó los resultados en todas las entidades. Por ejemplo en Chihuahua, Durango e Hidalgo, el PRI mantuvo su hegemonía. En otros avanzó, como Veracruz y Sinaloa.

Pero también la agenda local pesó en otras partes como en Coahuila, donde el endeudamiento que asumió el anterior gobernador, Humberto Moreira, se convirtió en una parte de la estrategia electoral del PAN, el cual ganó varias posiciones.

¿Qué tan efectivo fue el adéndum? Muy poco en los hechos. Incluso nunca fue mucho más que un documento que la oposición usaba como herramienta de chantaje. Pero su firma le dio un respiro al Pacto y le dio un mayor aire de legitimidad a las victorias del PAN y el PRD. Por eso los bastiones que perdió el PRI se convirtieron en logros de las dirigencias de los otros partidos, fortaleciendo a sus presidentes.

Fuente:revistaperspectiva.com