Tisha B’Av es sin duda el “día más triste en la historia judía”, tradicionalmente conmemora la destrucción del Primer Templo por Nabucodonosor, la destrucción del segundo Templo por Tito, la expulsión de los judíos de Inglaterra por el Rey Eduardo I, la expulsión de los judíos de Francia, y el destierro de los judíos de España por el rey Fernando y la reina Isabel en 1492.

El Rabino Leonel Levy, de Comunidad Bet El, con concedió una entrevista para poder hablar más sobre este día de ayuno y abstinencia. Comentó:

“Se cuenta que el Templo de Jerusalem fue destruido por el odio gratuito entre los hermanos. Porque dentro del Pueblo de Israel no había respeto a las diferencias, sin embargo, también sabemos que el templo va a ser reconstruido cuando haya amor gratuito entre los hijos de Israel.

[…] Estos dos hermanos nos muestran que la reconstrucción del tiempo es posible. Imagínense que un hermano era casado y tenía hijos y el otro hermano estaba soltero, no tenía familia y los dos trabajaban juntos de sol a sol y llenaban sus graneros. En la noche, el hermano que era soltero dijo: “¿Para qué quiero yo tanto grano? ¿Para qué quiero yo tanto dinero? Se lo voy a dar a mi hermano y agarró el trigo, lo llevó a donde estaba el grano de su hermano. Al rato, se despertó su hermano y dijo “¿Para qué quiero yo todo esto? Yo tengo esposa e hijos, voy a  compartir más con mi hermano” llevó al granero de su hermano el trigo. A la mañana siguiente, se encontraron que los dos tenían la misma cantidad de grano en sus graneros. Dijeron que algo extraño debía estar ocurriendo, sin embargo esa situación ocurrió muchas noches. El hermano soltero decía “¿Para qué yo quiero esto?” Y se lo llevaba al hermano casado, al ratito el hermano casado se despertaba y decía “¿Para qué quiero tanto? Se lo voy a dar a mi hermano que él está solo” y así pasaron los días y las semanas. En determinado momento, en el medio de la noche y en el medio del campo, los dos hermanos se encontraron con lo que habían llevado y se dieron cuenta que el que compartía era su hermano, que el que traía el grano cada noche, era su hermano, en ese lugar, en ese preciso lugar, se abrazaron, se besaron y lloraron. Se cuenta que ahí D-s al contemplar la imagen dijo: “Yo voy a construir algo que va a permanecer a través del tiempo” y ahí construyó el Beit Hamikdash y en ese lugar del abrazo y el beso, está el Kotel Hamaaravi, la única de las paredes que nos quedó del sagrado templo de Jerushalaim”

Es por eso que en este Tisha B’Av, no sólo debemos evocar la destrucción de nuestros templos, sino también la posibilidad de renacer de la destrucción.