MAY SAMRA DESDE JERUSALEM

Yehuda Bacon fue deportado de Ostrava al Gueto de Theresienstadt con apenas 13 años, durante su estancia en el gueto, compartió habitación con Gorge Brandy quien fue también sobreviviente del Holocausto.

Para diciembre de 1943, fue deportado al Campo de Concentración y Exterminio de Aushwitz – Birkenau, donde él y otros niños fueron encarcelados con el objetivo de mostrar al Comité Internacional de la Cruz Roja que no estaban ocurriendo las terribles masacres que transgredían a los seres humanos detrás de esos muros. Este grupo fue llamado los “Birkenau Boys”. A pesar de que se pretendía engañar a la Cruz Roja, fueron obligados a trabajos forzados que incluían el transporte de todo el complejo de Auschwitz- Birkenau.

“Dentro de esta “Unidad Familiar” en Birkenau, se les permitió estar a personas mayores, niños menores de 17 y bebés […] finalmente, en el último minuto del proceso de selección, separaron a unos 89 muchachos entre los 14 y 16 años y fueron colocados en otro campo, este grupo fue conocido como los “Birkenau Boys”. Actualmente viven cerca de 20 de ellos.

Fue dentro de los “Birkenau Boys” que conoció a otros niños, uno de ellos fue Bedrich Steiner a quien le agradecemos profundamente la oportunidad y la ayuda para realizar esta entrevista.”

En junio de 1944, Bacon presenció el asesinato de su padre en las cámaras de gas. A partir de ese momento su madre y su hermana Hanna fueron deportadas al Campo de Concentración de Stutthof, donde murieron semanas antes de la liberación del Campo.

Yehuda pasó dos marchas de la muerte hasta que el 5 de mayo de 1945 es liberado por el ejército de los Estados Unidos.

“Este tipo de personas pueden cambiarte, porque realmente fue duro. Después de toda la experiencia, podríamos ser monstruos, y podríamos tomar venganza y sé que hay algunas personas que conozco que desearían hacerlo. Yo no soy un político, pero pienso que si puedes hacer algo positivo, para mi, tiene más valor que la venganza porque no alimenta el círculo de odio.”

Yehuda Bacon había logrado sobrevivir. Al encontrarse con su libertad quiso estudiar, pero le recomendaron que mejor se dedicara a pintar los terribles acontecimientos que atestiguó como uno de los reclusos de Birkenau. Así lo hizo y hoy es reconocido pintor que ha mostrado al mundo lo que no se puede callar: la forma en la que 6 millones de judíos fueron brutalmente asesinados en manos nazis.