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ARIELA SCLAR PARA ENLACE JUDÍO

La Bienal de Venecia es una de las muestras artísticas internacionales más importantes. Su historia comienza cuando Riccardo Selvatico el alcalde de Venecia aprobó una resolución el 19 de abril de 1893 para establecer una bienal de arte italiano, que se inaugurará el 22 de abril de 1894. Desde entonces, ha reunido las mejores obras cada dos años, promocionando nuevas tendencias artísticas en el arte contemporáneo.

México ha participado en la Bienal de Venecia representado por reconocidos artistas como Rufino Tamayo (1950 y 1968), David Alfaro Siqueiros, Leonora Carrington (1986), Gabriel Orozco (1993 y 1995), Rafael Lozano-Hemmer (2007), Teresa Margolles (2009), Melanie Smith (2011) y este 2013, Ariel Guzik.

proyectocordiox

Para la 55 entrega de la Bienal de Venecia el Pabellón de México, instalado en la Ex Iglesia de San Lorenzo, presentó Cordiox, una máquina que a través de micrófonos y un cuarzo de gran escala, capta, transforma y libera sonido. Mide cuatro metros de altura y describe sonoramente el entorno donde se ubica, poniendo en juego el encuentro de dos elementos complementarios, 180 cuerdas tensas distribuidas en tres arpas y un cilindro de cuarzo puro fundido, de grandes dimensiones. “Si existiera alguna armonía cerca de Cordiox, la máquina desatendería el caos y atendería el orden”, explica la curadora del proyecto Itala Schmelz. Así, Cordiox capta las vibraciones a su alrededor que no tuvieron un destino dirigido y las transforma en ruido blanco.

Ariel Guzik, el creador de Cordiox, es músico, artista, investigador, herbolario, iridólogo e inventor. Es director del Laboratorio de Investigación en Resonancia y Expresión de la Naturaleza en México, que explora de manera libre, desde hace más de 25 años, fenómenos de resonancia, mecánica, electricidad y magnetismo, como fundamento para la invención de mecanismos que dan voz a la naturaleza a través de la música.

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La interdisciplinariedad de Guzik recuerda al arquetipo del hombre renacentista, curioso y comprometido con la ciencia y la naturaleza. En otros de sus trabajos es esta mancuerna ciencia-naturaleza la que tiene el papel estelar. Por ejemplo, el proyecto Nereida, el cual a través de una cápsula subacuática pretende establecer comunicación con ballenas y delfines a través de la captación de los sonidos que estos mamíferos emiten y de las vibraciones que la máquina les devuelve. O el Laúd Plasmaht, proyecto para el cual el artista estudió laudería y que tiene como fin dar voz a los pequeños ecosistemas que contienen los cactus por medio de un laúd conectado a las plantas desérticas.

Actualmente pueden visitar la Cámara Lambdoma, ubicada en el Cárcamo de Dolores, dónde acompaña al mural de Diego Rivera. Originalmente el mural estaba completo con la presencia de agua, pero esta misma estaba dañándolo, por lo que debió ser retirada del recinto hasta la última gota. Para suplirla, Guzik creó esta intervención sonora, que evoca los sonidos del agua que antes estuvo en su lugar.

La participación de Ariel Guzik como representante oficial de México en la Bienal de Venecia es tan sólo un indicio del poder que su propuesta puede tener no sólo sobre el ámbito artístico, sino también sobre los sentidos y las sensaciones de quien ha tenido la oportunidad de experimentarlos.

Imágenes tomadas del Pabellón de México en la Bienal de Venecia