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TRADUCCION: MARGIE HABER

Las noticias en donde se implican distintos países no sólo tienen que ver con guerras; Israel es sede de un evento intercultural, mismo que propaga precisamente el intercambio cultural y aplaude la riqueza que esto conlleva.

Del 20 al 23 de Agosto, se llevó a cabo el segundo festival anual de música sagrada; festival que formó parte de la temporada de cultura en Jerusalém; cuyas sedes musicales fueron ubicadas en diferentes partes de la ciudad, como la YMCA, la Cueva de Tzidkiyahu, la Universidad Hebrea y la Torre de David.

Entre los muchos cometarios y opiniones, el director Eliat Liber declaró:

“Esta ha sido una gran oportunidad para conocer, no sólo buena música, sino para experimentar la relación que existe entre las diferentes religiones y culturas en esta ciudad y en el mundo”. Mientras que la portavoz de la Torre de David, Carolina Shapiro, agregó: “Este tipo de respeto mutuo no es del todo evidente, ya que la división y el conflicto son a menudo los únicos temas retratados en los medios de comunicación de Jerusalén”.

Por otro lado, un residente de EE.UU. de origen iraní, quien fue uno de los intérpretes musicales dijo: “Jerusalém es una ciudad maravillosa para tocar”, a lo que agregó: “No es sólo un honor tocar en la ciudad del Rey David y su hijo Salomón. Yo creo que es un deber venir a tocar. Como artista mi mensaje hacia otros músicos iraníes sería que no tengan miedo de venir a visitar esta ciudad”.

Entre muchos performances musicales, destacó aquél que fue entonado por la orden de budistas tibetanos exiliados, conocidos como los monjes Lhumpo Tashi: Distintos ritmos musicales, tales como, melodías emergentes del santoor al estilo occidental africano, ritmos rastafari y reggae, rock israelí, etc. Estos monjes vinieron de la turbulencia de sus tierras, precisamente a Jerusalém a plasmar un mensaje de paz.

Siendo su primera visita a Jerusalém, luego de haber pasado todo el año de gira por Europa y recaudando fondos para continuar con su estilo de vida en el monasterio del sur de India, Jane Rasch, portavoz del grupo declaró: “Los monjes no pueden estudiar en el Tíbet en libertad debido a que el régimen chino les prohíbe hacerlo”, más adelante agregó: “Hay mucha comprensión y solidaridad entre los israelíes y los monjes exiliados de segunda generación que viven en la India”. De hecho, en La Torre de David, los monjes plasmaron su firma mandela de la paz (Yamantaka Mandela) hecha de colorido mármol triturado desde el sur de la India.

Fuente:tazpit.org.il