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“¿Qué logró Isaiah Berlin, ese ruso casi inglés admirado en china y en América Latina y en todo el mundo?”, se preguntó Enrique Krauze en El Colegio Nacional, casi al final de su conferencia en la cual evocó el legado de ese historiador de las ideas.”Logró -se contestó Krauze- una pluralidad, una especie de consenso en torno a la idea de la libertad pero atemperada con la pluralidad de los valores y las identidades, y con la idea de que la historia no tiene un libreto”.

“Isaiah Berlin: Vigencia de un liberal” fue el título de la conferencia de Krauze, acerca del hombre que nació en 1909 en Letonia, fue llevado a Inglaterra en 1921 y se convirtió uno de los principales pensadores liberales del siglo 20. Fue uno de los más feroces críticos de la dictadura estalinista y murió en 1997.

Krauze recordó cómo en los años 70 comenzó a leerlo. Le deslumbraron sus páginas sobre la tolerancia y la pluralidad, dijo, también su idea de que el socialismo y liberalismo podían unirse en algún punto, algo muy interesante en esos años en que ya se advertía la descomposición de las revoluciones rusa y china. Berlin, recordó Krauze, consideraba que la libertad podía ser usada bajo dos conceptos, uno que es usado por las dictaduras tanto de derecha como de izquierda: “Libertad para que el pueblo alemán se exprese, libertad para que el proletariado tenga el poder”.

El otro concepto, añadió el historiador, el que Berlin prefería era “libertad de.”, lo cual quería decir que las personas podía hacer lo que quiera con su vida. Pero, indicó, Berlin introdujo también la noción de pluralidad de valores, se tiene que negociar.”No se puede todo, se tiene que negociar.

Qué tremendo mensaje para el México de hoy –expresó Krauze–. La palabra ‘negociar’ tiene muy mala reputación, se dice ‘ya negociaron, ya pactaron en lo oscurito’, pero no es así. Negociar es ceder un poco cada bando y llegar a un acuerdo”.Otro concepto evocado ayer fue el de “pluralidad de identidades”, un hombre podía ser católico, ecologista, cinéfilo sin ningún problema. El problema surgía cuando se intentaba imponer la propia identidad a los demás.

“Todos estos temas siguen vivos en el siglo 21”, dijo Krauze antes de proyectar imágenes con el audio original de la conversación que tuvo con Berlin en 1981.

ASÍ LO DIJO:

“Con los libros de biografías, yo he querido seguir la idea de Berlin de que la historia de las ideas no es la historia de las ideas que están en las nubes, sino de ideas arraigadas en seres concretos”

Fuente:elgolfo.info