Enlace Judío México |GINA ZABLUDOVSKY PARA ENLACE JUDÍO

En consonancia con las tendencias mundiales, en México la participación de las mujeres en las actividades productivas fuera del hogar ha aumentado de forma significativa durante las últimas décadas y su presencia es especialmente importante en las universidades, ya que en la actualidad, los índices de egresadas llegan a ser incluso superiores a la de los hombres.

Lo anterior resulta válido en el país para las carreras de administración, donde donde las estudiantes de sexo femenino tienen una presencia ligeramente superior a los varones. Sin embargo, en el ámbito corporativo, los números de ejecutivas son mucho más bajos y disminuyen a medida en que aumenta la jerarquía en la organización. Según mis propios cálculos (basado en el análisis de varios directorios empresariales) mientras en los cargos intermedios de las compañías, su porcentaje alcanza un 23%, en las direcciones generales su presencia disminuye hasta un 13% y en los cargos de presidente o dirección general (CEO) apenas llegan a un 5%.

Además, las mujeres se concentran en ciertas áreas específicas de las direcciones generales como lo son Mercadotecnia, Comunicación, Recursos Humanos y Relaciones Públicas. Como contrapartida, en las de Operaciones y Producción su intervención como directivas continúa siendo muy escasa.

Debido a los obstáculos que se enfrentan por la prevalencia del “techo de cristal”- que alude a las barreras invisibles que existen en las organizaciones pero que no se ven – y de otros factores vinculados con la crisis económica, el deseo de independencia y la ausencia de alternativas laborales- el número de mujeres que ha decidido crear su propia empresa ha crecido a un ritmo acelerado. En México, el porcentaje de empresarias ya alcanza el 38%.
Su presencia es especialmente importante en los giros de restaurantes y hoteles donde -según mis cálculos- a partir de las Encuestas de Ocupación y Empleo del INEGI- su porcentaje llega al 54% y en las empresas dedicadas a servicios sociales donde están a la par que los hombres. Durante los últimos años también han incursionado en los sectores industriales donde antes no participaban y ahora representan un 20%.

Sin embargo, estos datos deben tomarse con cautela ya que la mayoría de las empresas de mujeres son micro-negocios que se encuentran en el sector de subsistencia. En este sentido, si sólo tomamos a aquellas que emplean a algún trabajador asalariado su porcentaje disminuye al 19%

En realidad, a pesar de los avances que han tenido, las mujeres con cargos de dirección del sector privado todavía se enfrentan a serios obstáculos relacionados con la dificultad de conciliar los horarios de trabajo con las exigencias del hogar, los cuestionamientos que viven en el ejercicio de la autoridad, y la exclusión de círculos empresariales formales e informales (como comidas de negocios, invitaciones a “tomar la copa” o encuentros en el club de golf) que son predominantemente masculinos y donde se cierran muchos acuerdos comerciales.

En la medida en que la realidad actual no puede entenderse sin tomar en cuenta la creciente importancia de la participación de las mujeres en el liderazgo económico, y de la poca información que se tiene sobre el tema, en el libro que recién acabo de publicar titulado Empresarias y ejecutivas en México, diagnóstico y desafíos, se detectan las principales lagunas y avances del conocimiento y se dan propuestas para orientar las investigaciones futuras. Los interesados(as) pueden solicitar esta publicación en librerías y asistir a la presentación que se llevará a cabo el próximo 18 de septiembre en la ciudad de México. Para más información sobre ésta, favor de escribir a [email protected] y a [email protected].

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