ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO

Estamos a unas horas de que comience la Fiesta de Sucot, en la que, por ritual, utilizamos 4 especies:
1 Lulav (hoja de palmera datilera)
1 Etrog (fruto parecido a la toronja)
·3 Hadas (rama de árbol parecido al mirto)
2 Aravá (rama de sauce)

El Etrog es considerado una especie con cualidades milagrosas.

Hay un rico folklore acerca de lo que se puede hacer con el etrog después de la festividad. Tradicionalmente, una vez que se termine su función ritual, el etrog es entregado a las mujeres para usos seculares. En The Jewish Holidays: A Guide and Commentary, Michael Strassfeld señala que la fruta, con su forma semejante a un pecho, tiene una relación especial con las mujeres- y una variedad de prácticas del Viejo Mundo conectados al embarazo y el parto.

Se aconseja que una mujer que quería tener un hijo muerda la punta de un etrog. Una mujer embarazada que se comió el etrog después de Sucot, según el Talmud, daría a luz a un niño “fragante” equivalente de un “buen” niño. Y una mujer podría aliviar el dolor del parto, se dijo, colocando la punta del etrog debajo de la almohada.

El Etrog recibió todas las bendiciones durante la semana de Sucot, las cuales son transmitidas a quien lo come.

Entrevistamos a Arlette Birch, integrante del Grupo Hatikva, grupo de apoyo a personas con problemas de fertilidad. Cada año, después de Sucot, Arlette se encarga de preparar la mermelada de Etrog – y dársela a quién la solicite.

Arlette nos pidió que, a través de Enlace Judío, hagamos saber a nuestros lectores que por favor no tiren sus Etrog y, si es posible, los entreguen en la Sinagoga Maguén David de Polanco. se recibirán del 29 de septiembre al 6 de Octubre, para así comenzar a hacer la mermelada, la cual se reparte a quién lo pida.

Se recomienda que la pareja con problemas de fertilidad coma un poco de mermelada cada día, pero puede hacerlo sólo la mujer.

Hay muchas recetas para dicha mermelada. Arlette entregó la suya a los lectores de Enlace Judío.

“Los Etrog se pelan muy bien, se rebanan y dejan remojar en agua por tres días para que se les quite el sabor amargo.

Les quitamos las semillas y las ponemos a hervir; el agua del primer hervor se tira y las escurrimos. Lo ponemos a cocer con azúcar y canela durante 3 a 4 horas, quedando la fruta cocida en una miel. Se muele un poco y se deja enfriar. Se envasa, se tapa y se congela.

Por no tener conservadores, no dura en refrigeración”.

Arlette nos regaló cuatro frascos de mermelada, los cuales daremos a las primeras cuatro personas que lo pidan a [email protected].