ENLACE JUDÍO

Saúl Kaminer está pintando un mural que se colocará en la nueva sinagoga Or Hashalom (la Luz de la Paz) que reúne, por primera vez, a dos Comunidades Judías De México: Monte Sinaí y Maguén David. Saúl está trabajando simultáneamente en la Estación Indianilla y en su departamento para realizar esta obra monumental.

Saúl es la persona idónea para el mural de Or Hashalom, pues tiene luz propia.

Recibió a Enlace Judío en su casa para explicarnos el proceso de dicha obra y tuvimos una interesantísima plática en la que explicó, entre otras cosas, su concepto de la espiritualidad del artista.

Cuando tú pintas, trabajas con energías, también trabajas con materia que es el color, pero básicamente lo que estás poniendo en juego son los colores que son energías, son materias que si bien son materiales, expresan energías. Entonces este mundo energético está ligado a un mundo trascendente, digo podríamos decir a lo divino, pero para la gente que lo quiere ver de una manera menos espiritual, […] sin hablar de Dios, sí hay un encuentro con algo trascendente. Bueno yo diría que lo trascendente es la conexión con lo divino, con Dios.

El don (del arte) si uno no lo trabaja, no da nada. Cualquier vocación tiene que estar vinculada al trabajo. […] La gente puede ser genial y sino trabaja, no puede llevar a cabo ese potencial; y puede haber gente es menos genial, pero trabaja más y logra al final una conexión, pero la conexión tiene que ver con los sentimientos de uno y a partir de ahí se conecta uno con lo individual a partir de los sentimientos. Y no perder de vista que está trabajando uno en un mundo energético que esa también es una red a la que todos estamos ligados y cuando uno pone un cuadro […] en esa red, de alguna manera les llega a todos o les llega a  muchos y lo que a uno se le regresa es un gran alimento para seguir adelante.

La infancia de un artista:

Yo la verdad es que sentía algo, no sé si un don, pero sentía algo, tenía yo 19 años y recuerdo que sentía una especie de enojo, fastidio, algo así…  y agarré una pluma fuente y empecé a echar tinta en una cartulina y vi la cartulina y dije: “Bueno esto es un universo” y le puse [….] una mancha amarilla y dije: “bueno, esto es el sol” y sentí en ese acto que yo podía expresar algo, que algo podía salir de mi de adentro hacia afuera. Ahí sentí que había una posibilidad de crear y a partir de ahí empecé a hacer dibujos y sentí un gozo de hacer cosas que yo sentía por dentro. Mi pintura nunca ha sido de copiar el mundo exterior sino de sentir interiormente y entonces expresarlo afuera. Fue a partir de ese momento que yo sentí que podía expresar algo y sentí un gran poder, para mi el poder más importante no es el poder sobre los demás, el poder de poder hacer algo, el poder identificarse con la naturaleza,ese es el poder, pero desgraciadamente estamos en un mundo donde la gente ejerce poder sobre los demás o utiliza el dinero como poder sobre los otros y bueno el dinero también es una energía que sirve para hacer cosas.