“La Marcha de la Vida” es un viaje que organizan diferentes instituciones judías alrededor del mundo. Se ha llevado a cabo anualmente durante ya 20 años. La finalidad de este viaje es que la gente conozca y vea los Campos de Concentración y de Exterminio que estuvieron en funcionamiento durante el  Holocausto.

En el año 2008, cuando Debby Lijtszain comenzó a planear su “Marcha” junto con su esposo, decidió que haría un Diario de Viaje y se llevó con ella una carpeta, pluma, plumón y colores.

Desde el momento en que subió al avión comenzó su proyecto y la perseverancia la impulsó a continuarlo hasta el último momento.

Cada lugar visitado dejó en Debby una marca que durará por siempre. Desde muy chica, siendo descendiente de judíos que salieron de Europa antes del Holocausto, sintió un interés muy grande por el tema de la Shoá. Hubo incluso momentos en los que ella me dijo: “Al estar en los campos, sentí que yo ya había estado allí”.

Estando en Polonia llegó al claro de un hermoso y verde bosque, lo primero que le vino a la mente fue “¿Cómo puede ser que un campo tan bello haya sido manchado con la barbarie nazi?”

Un gran momento que vivió en Polonia fue cuando le pidió al guía que la llevara al lugar donde había vivido su papá. Al llegar, se dio cuenta que no había nada, pero el solo hecho de haber caminado en esa dirección pasó por un gran parque y se imaginó a su padre con su familia jugando, un hermoso domingo de verano.

En todo lo escrito (y dibujado) durante su estancia en Polonia, se ven colores claros y opacos, que reflejan su estado de ánimo y la realidad que estaba viviendo. El gran cambio en su libro, el paso de “las tinieblas a la luz”, o sea de Europa a Israel, se refleja en el gran cambio en colores y expresiones.

Todo lo expresado está en el libro “De las Tinieblas a la Luz, la mirada de una artista” no está aún a la venta; lo ha obsequiado a cambio de donativos que pone a disposición de los sobrevivientes del Holocausto.