Conflicto-Medio-Oriente

EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Queridos amigos, durante décadas, majaderamente se ha dicho que el culpable de todos los problemas y conflictos en Medio Oriente, es Israel, por no permitir la creación de un Estado Palestino.

Todo esto, se inició a partir del fin de la guerra del 73, entre Egipto, Jordania y Siria, contra Israel, ya que una vez logrado el alto al fuego, por imposición de la ONU, ante presiones de la Liga Árabe y Rusia, las dos primeras, habían perdido la totalidad de los territorios palestinos que, clandestinamente y sin que nadie protestara, habían anexado a sus propios territorios.

Nadie se acordaba del Estado Palestino, que nadie quería crear, al punto que ni siquiera se mencionaba como plan futuro.

En esta guerra, Jordania, fue desplazada de lo que le quedaba de los “territorios ocupados” tras la primera guerra de 1948, habiendo sido diezmado su ejército a tal punto, que si Israel se lo hubiera propuesto y, creyendo los cargos que el mundo le hace de ser una nación expansionista e imperialista, pudo haber recuperado todos los territorios que en el año 1929, Inglaterra, aprovechándose abusivamente del mandato que le había entregado la Liga de las Naciones, usurpó vilmente, creando el Reino Hashemita del Jordán, hoy Jordania, tratando de perpetuar unilateralmente y en forma absolutamente arbitraria, su permanencia en tierras que no le pertenecían.

Se comprende que al mundo no le importó, ya que ello, en ningún caso, favorecía las aspiraciones del pueblo judío, del retorno a su tierra ancestral.

Por su parte, lo que quedaba de los regimientos egipcios, estaban a tal punto anulado, que igualmente si el gobierno israelí lo hubiera deseado, habría podido llegar al Cairo y ocupado el país, sin mayores sacrificios ni dificultades.

Estando todos los escuálidos restos de Palestina en poder de Israel, la Liga Árabe despierta de su letargo y recuerda que el propósito del acuerdo de la Asamblea de la ONU, el año 1947, fue crear dos Estados, uno judío, sí establecido y uno árabe, inexistente porque ellos no lo permitieron. Aquí nunca se habló de un Estado Palestino.

A partir de ese instante, los países árabes, proclamaron que “los problemas del Medio Oriente” son exclusivamente, por culpa de Israel, al no existir el Estado palestino.

Los árabes oriundos de Palestina, también despiertan y se dan cuenta que “ellos” son los ahora llamados “palestinos” y se unen al coro de protestas, por la no existencia de su Estado. Era suficiente haber vivido en Palestina los 3 años previos al 48, para poder aspirar a ser reconocidos como “refugiados palestinos” a perpetuidad

Rápidamente y sin mayores trámites, se acoplan a este estribillo, el resto de las naciones musulmanas, para seguirlos sin posteriores análisis, las naciones europeas, haciendo gala de su ancestral antisemitismo innato, aun cuando sus gobiernos, mayoritariamente, traten de desmentirlo.

Se comprende que cuando alguna de estas naciones, tanto africanas como europeas, necesitan de Israel, no tienen ningún resquemor a acudir a él, mientras en los organismos internacionales, continúan votando mayoritariamente en su contra. Total, si Israel lo permite, para qué se van a hacer ellos problema de dicha contradicción.

Si los gobiernos, las ONG y los organismos internacionales, repiten reiteradamente que Israel es el único culpable, “así es”

Se comprende que si los marxistas, perdón, “los progresistas” también bailan al son de ésta música mentirosa y perversa, también nuestros propios progresistas así lo afirmarán y, si incluso estos judíos lo proclaman tan eufóricamente, gran parte de nuestros correligionarios, terminan creyéndolo como una “verdad absoluta”

A estas alturas, ya seremos muy pocos los que seguiremos insistiendo en la falsedad de esta premisa, pero nuestra voz, simplemente se pierde en el tumulto de afirmaciones en contra, quedando de ésta manera, establecido que en definitiva, la causa de todos los problemas, ya no sólo de Medio Oriente, sino que también del Norte de África, es culpa de Israel y el conflicto israelo-palestino.

Lógicamente, estos últimos son inocentes víctimas de la crueldad y todos los epítetos descalificativos que se puedan recordar, de los israelíes.

De pronto, estando en los inicios del año 2011, en algunas naciones musulmanas, se inician movimientos libertarios, fenómeno al cual, pomposamente, se denomina “Primavera Árabe”

La sangre corre a borbotones incontenibles, pero el mundo, ilusamente, sigue pensando en ésta fallida Primavera Árabe, cuando ya podríamos definirla de “otoño árabe”. Al no estar comprometido ni poder culpar de manera alguna a Israel, sería un insulto que podría ofender a los islamistas, por lo que se permite que la sangre siga regando los suelos de éstas naciones, hasta que el conflicto llega a Siria en plenitud.

Rápidamente y siguiendo con esta analogía climática, hasta el invierno más crudo, se hace poco. Huracán aciclonado tormentoso, podría ser un buen calificativo.

¿Habrá naciones, instituciones internacionales, ONG y personas que sigan afirmando que Israel es el único culpable de los problemas que atormentan tan dolorosamente la zona?

¿En qué irán las conversaciones entre Israel y los palestinos, tratando de llegar a un acuerdo de paz? ¿A qué se debe el silencio que reina al respecto?

¿Habrá quienes sigan insistiendo que Hamás y Hizbollah son movimientos democráticos, luego de su actuación en Egipto y Siria respectivamente?

En éste mundo de hipocresía y demonización que se cierne sobre Israel, ninguna respuesta, por descabellada que fuera, podría sorprendernos ante estas interrogantes aquí planteadas.