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Enlace Judío México | Iternacional absoluto por su país, campeón de dos torneos nacionales como la ACB y la Ligat Winner israelí, ala-pívot versátil, de calidad y con una notable experiencia en la Euroliga y, además, inmerso en su madurez deportiva a los 28 años. Sin embargo, este intachable currículo no es suficiente para que Lior Eliyahu haya encontrado hoy en día acomodo en algún club profesional. El ágil cuatro hebreo forma parte de la sorprendente lista de baloncestistas parados y se mantiene a la espera de alguna propuesta satisfactoria que le permita retomar su actividad. Quien fuera uno de los clásicos del Maccabi de la historia reciente y partícipe no hace mucho del tercer entorchado liguero en la historia del Baskonia durante la temporada 2009-10 se ha visto obligado a seguir mañana desde su Israel natal el encuentro correspondiente a la apertura de la Euroliga entre los dos últimos conjuntos donde ha militado. Así de sorprendente y, también, de cruel para, en su día, una de las piezas más cotizadas del mercado de fichajes.

Eliyahu pasó a engrosar el pasado verano la nutrida lista del paro después de que el Maccabi ejerciera una cláusula para romper el contrato que firmó hace tres años justo tras poner fin a su corto periplo en la capital alavesa. El de Ramat Gan, cuya ficha rondaba los 850.000 dólares por campaña, no accedió al drástico recorte de ficha propuesto por el presidente Shimon Mizrahi, que le consideraba uno de los principales culpables de la estrepitosa pérdida del título liguero ante el modesto Maccabi Haifa. Como su rendimiento a lo largo de los últimos tiempos había dejado bastante que desear, su relación con la cúpula directiva estaba completamente deteriorada desde hace tiempo, la economía de la entidad hebrea no se encuentra para echar cohetes y el jugador no quiso poner de su parte en una negociación de lo más áspera, se produjo el cantado divorcio previo pago de una indemnización económica. En definitiva, el pan nuestro de cada día en cualquier empresa que no sea del ámbito estrictamente deportivo.

SIN BRILLO EN VITORIA

El Maccabi empezó a moldear un proyecto completamente nuevo tras el sonado fracaso del curso anterior y Eliyahu dio orden a sus representantes de buscarle un rápido lugar donde pudiese seguir desarrollando una carrera venida a menos. Muchos equipos fuera de Israel desconfiaron a la hora de trasladarle una oferta tras su fallida experiencia en el Fernando Buesa Arena. No en vano, el Baskonia le contrató en el verano de 2009 por espacio de tres años con un sueldo galáctico, pero a la hora de la verdad apenas extrajo petróleo de la inversión y representó un fiasco visto el pobre rendimiento que dio este liviano poste de 2,07 metros.

Entre su falta de acoplamiento a una ciudad diminuta como Vitoria si se compara con Tel Aviv, la evidente nostalgia de sus seres queridos -así lo reflejó en alguna entrevista durante aquel año- y, sobre todo, la molesta pubalgia que le martirizó durante varios meses hasta su reaparición en las series finales por el título, fue incapaz de ofrecer esa deslumbrante cara que despertó el interés de Josean Querejeta cuando era uno de los principales focos de atracción del Maccabi. Es cierto que brindó algún fogonazo interesante en la final ante el Barcelona, pero en líneas generales restó mucho más de lo que sumó. Muchos seguidores azulgranas todavía conservan frescos en la retina esos semi ganchos tan característicos de él desde una esquina de la zona que provocaron un cortocircuito en la defensa diseñada por Xavi Pascual.

El más interesado en sus servicios fue sin duda el Hapoel Jerusalen, uno de los contados equipos que pueden hacer sombra al Maccabi en Oriente Medio. Ni los tres años ofertados por el equipo que entrena Sharon Drucker a cambio de 1,2 millones de dólares ni la posibilidad de disputar la Eurocup, una competición eso sí de mucha menor enjundia que la Euroliga, constituyeron atractivos suficientes como para dar el visto bueno a la propuesta. Otros clubes también mostraron un cierto interés por sus servicios, aunque el caché del cuatro hizo inviable el fichaje. Como consecuencia de ello, Eliyahu ha arrancado la temporada en una situación impensable hace varias campañas. Se entrena en su ciudad natal a la espera de que una lesión o un técnico necesitado de savia fresca en la zona le permita volver a disfrutar nuevamente del baloncesto. Entretanto, seguro que mañana por la noche le invaden unos gratos recuerdos en el estreno de la Euroliga en el Buesa Arena.

Fuente:noticiasdealava.com