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MANUEL HERNÁNDEZ PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Para todas las personas que estamos acostumbradas a recorrer el Centro Histórico de la Ciudad de México, nos es fácil comprobar la gran cantidad de material antisemita que se vende en casi todos los puestos que venden libros. Este tipo de material se puede encontrar al lado de los “bestsellers” del momento.

Un libro con la estrella de David o con la palabra judío en la portada, no siempre hablará de la cultura y la tradición milenaria del pueblo judío, sino todo lo contrario, la mayoría de estos libros que se comercializan, tienen como intención “concientizar” a la población del “peligro” que corre nuestra sociedad a manos de los judíos. La publicación y la venta de estos es parte de la “lucha en contra de los hijos de las tinieblas” (los judíos), según los autores de los libros antisemitas.

¿Cómo es posible que este material, que promueve el odio y la discriminación en contra de los judíos, homosexuales, feministas, protestantes y masones, se pueda comercializar en nuestro país?

Mi intención no es hacer publicidad a ninguna persona o algún libro, por lo tanto omitiré el nombre de esta persona y los títulos de los libros.

Todos los días, desde temprana hora, Rogelio G., un tipo fornido con corte de cabello que emula el peinado que utilizaba Hitler, botas al estilo de los soldados nazis, acento extranjero, que delata su nacionalidad española, recorre la ciudad cargando en una mano un morral lleno de libros y con la otra arrastrando una maleta que al igual está repleta de su mercancía. Hace paradas en cada uno de los puestos que venden libros, su intención es reponer los títulos faltantes que han sido vendidos el día anterior, al mismo tiempo que ofrecer las novedades de la semana.

Este personaje no es cualquier vendedor de libros, pues no se dedica a vender cuentos o novelas, su intención es más mezquina. Por su ideología nazi tuvo que huir a México, abandonando a su familia y su patria. Su ideología también le acarreó problemas con la ETA y por lo tanto, decidió huir para poner a salvo su vida.

Visita España cada cuatro años, tiempo suficiente para ahorrar el dinero para pagar los costos del viaje.

Su amor por Hitler no solo le ha costado su familia y su patria, sino también su trabajo. Cuando llego a México encontró trabajo en una fábrica, pero no le tomó mucho tiempo encontrar personas que compartían su ideología. En ese mismo momento se entregó de nueva cuenta a la “lucha”, pero ahora, a diferencia de España, de una forma más pacífica, pues aquí los libros serían sus únicas “armas”.

Diez días los dedica a recorrer la ciudad de México, otros diez días le son suficientes para recorrer diversas ciudades del país como Guadalajara, Querétaro, Guanajuato, Cuernavaca o Zacatecas. Aprovecha su estancia en provincia para dictar conferencias en universidades e Iglesias, claramente de los “suyos”, como él dice.

Participó activamente para crear un partido de corte neonazi en nuestra ciudad, en la primera asamblea que tuvieron aprovechó para arremeter en contra de los judíos primeramente, después se refirió a los masones y protestantes, y terminó hablando en contra de los homosexuales. Esta faceta de su vida como predicador del nazismo obviamente la esconde a los comerciantes.

¿Qué dirían los protestantes al saber que venden material de una persona que predica la destrucción y el exterminio de las demás religiones?

Como él declara, muy pocos de sus clientes comparten su ideología, la mayoría de la gente que vende su material lo hace por ignorancia. Como ellos dicen: “la gente pide sus libros”.

Cuando visita provincia lo hace por medio de autobús; se las ingenia para cargar todo el material posible y siempre regresa a la ciudad vacío.

Es lamentable que este tipo de material se comercialice en nuestro país, y es más lamentable que los comerciantes no sepan lo que están vendiendo y se dejen llevar por las ganancias.

Indigna que este material que niega el Holocausto y los horrores perpetrados por los nazis, que terminaron con la vida de millones de humanos entre ellos judíos, homosexuales, gitanos, entre otros, esté al alcance de nuestra juventud.

Es una calamidad que este tipo de literatura que fomenta el odio entre los seres humanos siga circulando por nuestra nación. Literatura que a lo largo de los años ha sido culpable de los peores crímenes movidos por el odio.