12255362_copia.520.360

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | El conflicto armado en Siria parece difícil de concluir; por una parte representa una guerra civil entre los insurgentes originales que han buscado reivindicaciones sociales y un sistema democrático derrocando al régimen dictatorial de Bashar Al Assad (BA), dinastía familiar que desde 1971 ha subyugado a los 22 millones de habitantes de Siria; posteriormente se adicionaron los rebeldes que pretenden establecer un Estado teocrático basado en la Ley Islámica (Saharia). Por otra parte, están los intereses externos que alientan la guerra: Irán y Rusia que buscan el liderazgo regional y proveen de armas y recursos económicos a BA; la mayor parte del armamento del Ejército sirio es de origen ruso que data de la época soviética; sin embargo, a raíz de la guerra, Rusia le ha dado equipo militar de tecnología avanzada. Asimismo, Irán y su aliado Hezbolá de Líbano aportan milicianos que junto con BA combaten a sus opositores; estos grupos han sido vitales para fortalecer a BA, quien en un momento dado parecía tambalear.

En este contexto, EUA, Inglaterra, Arabia Saudita y Qatar, principalmente, entregan armas a los rebeldes moderados, ya que temen que un eventual triunfo de BA consolide el eje Chií de Hezbolá e Irán que no sólo amenazaría a estos países, sino en general a Occidente. Turquía, que también busca el liderazgo en el Medio Oriente, proporciona ayuda militar a los rebeldes sirios.

En este marco, la guerra en Siria adquiere tintes religiosos ante los problemas que se han suscitado entre las diferentes partes involucradas. Ciertamente, el 90% de la población siria es árabe, el resto, son minorías integradas por kurdos (de origen indoeuropeo y la mayoría son islamitas) armenios y turcos; no obstante, tres cuartas partes de los habitantes son musulmanes sunníes; 12.0% alauitas, rama a la que pertenece BA; 10.0% cristianos y 3.0% drusos (secta de origen islámico), grupos que tienen diferencias ideológicas entre sí e intereses encontrados. Los alauitas son una rama del Islam Chií que predomina en Irán, de aquí la estrecha relación de BA con este último país. En contraposición, la mayor parte de los rebeldes son suníes, lo que se ha traducido en el apoyo de la organización Alqaeda, cuyos militantes pertenecen a esa corriente del Islam.

En el caótico entorno que se vive en Siria, los rebeldes se muestran cada vez más divididos; lo que se ha traducido en luchas intestinas que no solo se reducen al ámbito conceptual, sino que se han registrado intensos enfrentamientos bélicos. Con más frecuencia, a la lucha de los insurgentes se agregan efectivos de milicias radicales islámicas provenientes de yihadistas extranjeros y de los rebeldes moderados del Ejército Libre de Siria. Se estima que de los 100,000 efectivos opositores a BA, 10,000 han declarado ser yihadistas y por los menos otros 30,000 comulgan con estos.

Ante el agravamiento de las hostilidades, EUA y Rusia han convocado a las partes combatientes a una Conferencia de Paz en Ginebra, Suiza, a fin de sentar las bases de una transición política para concluir la guerra. La Coalición Nacional Siria ha condicionado su participación a la Conferencia a que BA renuncie de inmediato, en cambio, el Consejo de Coordinación Nacional Sirio, ve en la Convocatoria una oportunidad de establecer una política de consenso para terminar con la guerra. El proceso de paz está entrampado y además existe desconfianza en cuanto a que BA cumpla con los compromisos que se pudieran establecer en las pláticas de paz. En este sentido, el compromiso que adquirió BA frente a Rusia, EUA y las Naciones Unidas para destruir su arsenal químico no se está llevando a plenitud; EUA ha declarado que tiene información que sugiere que el régimen sirio pudo haber ocultado parte de las armas químicas; también BA no ha mostrado intenciones de terminar con la guerra, de aquí que haya buscado transferir armas sofisticadas a Hezbolá de Líbano; empero, que los israelíes lo han impedido a través de bombardeos a blancos con “misiles y objetos relacionados”.

Por lo demás, los ataques del Ejército sirio a los rebeldes y a civiles no han menguado, Siria cuenta con las Fuerzas Armadas más numerosas, más equipadas y entrenadas del Oriente Próximo; no obstante, sus acciones bélicas en el tiempo tienen un límite al igual que las de los rebeldes; aunque no tienen especificado su fecha de caducidad. Es posible que Rusia y Occidente esperen el desgaste de ambos contendientes para negociar firmemente; en tanto la espera tiene un elevado costo en términos de vidas, heridos y destrucción de las edificaciones e infraestructura de una nación que en el pasado reciente, a pesar de la dictadura que vivía, tenía una vibrante actividad.