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SAL EMERGUI

Enlace Judío México | Inmersos en una realidad poco propensa a soñar, a nueve kilómetros de la caótica Ramala y cerca de la pequeña colonia israelí de Ateret, los obreros palestinos trabajan con puntualidad suiza y eficacia alemana. Con un sueldo mensual de 700 euros -300 más que la media- sienten que cada ladrillo es un paso histórico.

“Bienvenidos a Rawabi”, nos reciben a la entrada de la primera ‘city’ palestina en la era moderna. “Colinas” (su nombre en árabe) desafía el conflicto con Israel que controla zonas adyacentes y la nula ayuda económica del Gobierno palestino. Lo que hace cinco años parecía un sueño se transforma hoy en una ingente cantidad de piedras, cemento y hormigón dando forma al proyecto social, económico y urbanístico palestino más espectacular que se recuerda.

“No queremos demostrar nada al mundo sino a nosotros mismos. Con Rawabi, los palestinos decimos Yes we can’. Podemos construir nuestro Estado, una economía próspera y una sociedad con mayor respeto a los derechos humanos”, afirma a ELMUNDO Bashar Masri, director general de Massar International. Tras 25 años en EEUU, regresó a su tierra como el gran visionario. Su fluidez retórica sólo es superada por el ritmo de los bulldozers o los petrodólares de Qatari Diar que suponen dos tercios de los mil millones de euros de inversión.

Las llaves de las primeras 600 viviendas se entregarán a principios del 2014. “Es un proyecto que tiene en cuenta el medio ambiente y las altas tecnologías”, apunta Amir Dajani, director adjunto mientras nos da un casco antes de subir a una grúa.El paisaje, bíblico, impresiona. Los 40.000 habitantes de clase media alta palestina tendrán 23 barrios, parques, centros comerciales, sala de conferencias, cines, cafeterías, un auditorio (15.000 plazas), un hotel, un centro urbano vetado a coches, doce escuelas, un campo de fútbol, tres mezquitas y una iglesia. En un hecho poco habitual en la sociedad palestina, mujeres solteras vivirán solas. Con edificios de 30 pisos, la palabra rascacielos no es ciencia ficción. El precio, entre 70.000 a los 200.000 dólares.

Ciudad moderna

Entre los pioneros, encontramos a Montasser y Yara Hamda, una joven pareja llegada de la luna de miel en Barcelona. “Rawabi demuestra que podemos construir un Estado. Estamos muy orgullosos de ser de los primeros en recibir las llaves de una de las ciudades más modernas de la región”, comenta Montasser mientras su esposa añade emocionada: “No es un proyecto más. Construir una ciudad de cero y en las circunstancias que vivimos los palestinos no es fácil. Todo está organizado y limpio. Es ideal para nuestra nueva vida”.

¿Preocupa el ‘chekpoint’ israelí entre Ramala y Rawabi? “Nos afectará si está cerrado y queremos ir a Ramala donde tenemos el trabajo, la familia y amigos. Pero no vamos a decidir nuestras vidas por un puesto de control”, contesta.

Recordamos a Masri una conversación cuando Rawabi era una maqueta soñadora. “Hemos creado unos 8.000 puestos de trabajo, pero aún tenemos un retraso de dos años”, explica ante los 6,3 kilómetros cuadrados destinados a su visión.

Control militar israelí

Uno de los principales obstáculos fue la construcción de la carretera a Rawabi ya que muchos tramos están en la zona C, bajo control militar israelí según los Acuerdos de Oslo. Tras tres años de espera y ruegos, se solucionó dejando cierto pesimismo: “Si tanto tiempo nos ha costado esta pequeña carretera no veo cómo será posible construir un Estado”.

El agua es el otro reto. “Es un recurso controlado por Israel y debemos conectar la ciudad con un punto de distribución en la zona C. Es un asunto político que negociamos con el comité de agua israelopalestino. El punto temporal nos da suficiente para las obras pero no lo será para la ciudad”, explica.

“Este proyecto no significa que estamos contentos bajo la ocupación sino que podemos hacer cosas pese a la ocupación”, aclara Massar que revela la ayuda de expertos israelíes. De la colonia vecina, no pedirá ni la sal. “La mayoría de colonos es gente mala que roba tierra y agua. ¿Qué quiere que aprenda de ellos? Tenemos suerte que arquitectos israelíes nos han dado consejos muy inteligentes y hemos aprendido de ciudades en Israel pero de las colonias en Cisjordania, no”. Rawabi invierte el orden natural: la construcción de la ciudad se adelanta a su Estado.

Con o sin negociaciones de paz

Rawabi se levanta al margen de las negociaciones entre israelíes y palestinos. De hecho, nació y creció cuando las partes no dialogaban. “El proceso de paz no influye de forma positiva ni negativa en el proyecto. No tenemos nada que ver con las conversaciones”, nos explica Masri atrapado entre los recelos israelíes y la ausencia de apoyo de los suyos. “Al parecer todo el mundo, excepto el Gobierno palestino, entiende la importancia del proyecto. No comprendo que tenga otras prioridades económicas. Rawabi es un proyecto privado con un gran impacto en todos los sentidos pero no ha recibido un dólar de los 7,6 mil millones de dólares de ayuda internacional a la Autoridad Palestina. Su apoyo político no se ha traducido al nivel físico, económico y de infraestructuras. Decir que les gusta no es suficiente”, denuncia Masri que pese a todo sueña con Rawabi II y Rawabi III.

Fuente:elmundo.es