ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO

Nacido en Israel, trabajó cómo corresponsal y actor en la radio Kol Israel, donde fue uno de los presentadores de un programa infantil.

Comenzó a escribir literatura para niños y jóvenes y su primera novela para adultos fue La sonrisa, publicada en 1983. Grossman es considerado uno de los más importantes escritores de la literatura contemporánea israelí y sus obras, traducidas a muchos idiomas, han sido distinguidas con numerosos premios.

Varias de sus novelas han sido llevadas al cine, cómo La sonrisa del cordero, Alguien con quién correr, El libro de la Gramática Interna y El chico Zigzag.

Auspiciada por la Universidad Hebraica, la plática con David Grossman contó con la presencia de Silvia Cherem, Daniel Fainstein y Linda Marcos.

Fue una conversación muy íntima entre los cuatro miembros del panel y las ochocientas personas presentes.

“Para toda nuestra comunidad es un privilegio tenerte acá” dijo Cherem “Cuando llegué a Guadalajara, la mayoría de la gente con la que hablé estaba absolutamente tocada con tus palabras y tu sensibilidad; impresionada por tu personalidad”.

David Grossman relató que nació en Jerusalem en 1954, sólo 6 años después de la fundación del Estado:”Era una realidad muy especial y única, un país muy pequeño que tenía que luchar con todo tipo de problemas, económicos, sociales, de seguridad. También habían muchas personas que vinieron de la Shoá (Holocausto), era parte de la vida, pero no una parte integrada: pertenecían, pero no pertenecían. Para los israelíes eran parte de lo que no queríamos recordar, la humillación, la persecución, la tragedia”.

“Israel era un país que veía hacia el futuro, el milagro que le había pasado a los judíos; era tener un hogar propio después de muchos años de vivir en la diáspora. Todo era cómo mágico para nuestros padres, para nuestra generación, que nació en un nuevo estado, que hablaba hebreo y en éste país los padres aprendían el hebreo de los hijos. Se creó un nuevo slang inventado por los niños. Era un país que tenía que defenderse, habían amenazas todo el tiempo, Israel no era aceptado en el Medio Oriente, por todos los países árabes y estaba en constante miedo y ansiedad. Todo era nuevo y al mismo tiempo tenía un eco de un largo y trágico pasado”.

El público seguía ávido de más detalles. Después de hora y media de plática, se rifaron libros.

Muchas gracias David, por habernos llenado el corazón y deleitarnos con tus palabras.