talmud

Alrededor del año 200 E.C. Yehudá Hanasí, conocido también sencillamente como “Rabí”, y sus colegas recopilaron y organizaron el inmenso material de tradiciones orales y leyes creado y transmitido durante muchas generaciones de rabinos y sabios. Esta fue la Torá Sheneal pé (Torá oral), elaboración y adición de las principales leyes de la Torá “escrita”, la Biblia. A medida que en los diferentes períodos de la historia judía fueron surgiendo situaciones nuevas, se hizo necesario aclarar la Torá. Las leyes y explicaciuones que fueron resultado de estas aclaraciones se conocieron con el nombre de Mishná, que significa “segunda lectura” o “estudio por medio de repetición”.  Antes de la obra de Yeshudá Hanasí existieron muchas Mishnot diferentes, siendo una de las más famosas de la Mishná de Rabí Akiba. El brillante arreglo de Yehudá Hanasí fue la recopilación definitiva de las leyes y tradiciones orales, que estableció la norma por todos aceptada. Generaciones posteriores hicieron algunos cambios en la Mishná pero hoy sigue siendo esencialmente la misma que en tiempos del gran Rabí. El lenguaje que emplea es algo distinto al hebreo bíblico de épocas más tempranas y contiene muchas palabras greigas, latinas y arameas.

La Mishná está clasificada en 6 órdenes (Sedarím), que tratan de leyes agrícolas, leyes relacionadas con las fiestas y el sábado, el matrimonio, el divorcio y otros problemas familiares; leyes civiles y criminales; leyes referentes a sacrificios y servicio en el Templo; y leyes sobre pureza e impureza. Está dividida en 63 partes (Masejtót), cada división está repartida en capítulo (Perakím) y cada capítulo en lecciones (Mishnayót).

El estudio de la Mishná desempeñó un papel importante en la vida espiritual de nuestro pueblo. Constituye hasta hoy día la piedra angular del edificio legislativo en el que el pueblo judío se refugió para preservar su existencia y su identidad espiritual. Sus páginas están llenas de doctrina y de vida.