MOISÉS SALINAS PARA ENLACE JUDÍO

El Dr. Moisés Salinas Fleitman es director del proyecto de la Universidad ORT México en Responsabilidad, Emprendimiento y Liderazgo Social, y autor, junto con su hermano Jaime, del libro “Tu Hijo en el Centro: Una Nueva Visión Educativa para la Era Digital” de editorial Penguin Random House. Impartió una conferencia en el marco del programa académico de la FIL (Feria Internacional del Libro) de Guadalajara (nuestro video) y desarrolla la teoría expresada en su conferencia en el texto a continuación.

Enlace Judío México- Innovar, ser creativo, y pensar críticamente, son todas habilidades que son esenciales para tener éxito en el mundo digital y globalizado del siglo XXI. Y sin embargo, esas son exactamente las habilidades que, implícitamente, castigamos en el salón de clases. En la escuela recompensamos a los niños que “se portan bien”: los que siguen las reglas, los que hacen las tareas al pie de la letra, los que dibujan dentro de las líneas. A los que hacen las cosas a su manera, los que aprenden de manera diferente, los que empujan los límites y rompen las reglas, los tratamos de enderezar. Pero el pensamiento crítico significa precisamente y cuestionar las premisas mas fundamentales y tomar riesgos: se refleja, y se enseña, a través de el preguntar ¿por qué? y no simplemente aceptar la norma como lo correcto.

Todas las grandes invenciones, los grandes descubrimientos, son el resultado de la creatividad y la perseverancia: pensar una manera diferente de hacer las cosas y después intentar, y fallar, una y otra vez hasta descubrir una nueva, innovadora manera lograr lo que buscamos. Sin embargo, este patrón, que es esencial para la innovación y el desarrollo, es algo que reprimimos en el aula escolar. Si un niño o niña toman un riesgo y fallan, eso se refleja en una mala calificación, fija, permanente, que queda indisoluble en la boleta como una marca de Caín, un recordatorio de tu fallo. El miedo a esta mala calificación lleva al estudiante a evitar la toma de riesgos, a irse por la segura, hacer las cosas al pie de la letra y así evitar se castigado con algo que después no se puede remediar. Un cinco en una boleta no se quita, no se “arregla,” no importa si después aprendes el material, el “reprobado” se queda para recordarte siempre no tomar riesgos, no ser creativo, y por tanto, no innovar. En otras palabras, a portarse bien.

Una verdadera reforma educativa debe cambiar los paradigmas escolares para que el aprendizaje sea mas cercano a lo que sucede en la vida real: problemas complejos, que no tienen una sola respuesta correcta, sino muchas posibles, cada una con ventajas y desventajas; trabajo en grupo, activo, colaborativo y multidisciplinario, en que cada problemas necesita el saber de mas de una materia para resolverse. Una verdadera reforma educativa debe enseñar a los niños y niñas del siglo XXI a pensar críticamente, a preguntar ¿por qué? A intentar, a cometer errores, y volver a intentar, a perseverar; a trabajar con las fortalezas de todos, a entender que cada uno de nosotros es único y diferente, y a apreciar esa diversidad que nos hace mas fuertes. A romper paradigmas y cuestionar las reglas. En otras palabras, a portarse tal vez, un poquito mal.