gallinero

POR SALOMÓN AMBE

Los primeros judíos que migraron a México se preocuparon por construir una Comunidad que les permitiera vivir a ellos y sus descendientes una vida judía. Para lograrlo, tuvieron que invertir sumas increíbles de recursos y trabajar como voluntarios miles de horas. Conforme la obra fue avanzando, las nuevas generaciones tuvieron que tomar la dirección del proyecto. Algunos decidieron darle seguimiento y elevaron la construcción unas decenas de metros, otros en vez de eso prefirieron construir edificios más modernos; algunos consideraron que solamente era necesario darles mantenimiento y remodelarlos, y algunos se preocuparon por fortalecer la estructura para darle mayor estabilidad y solidez. En muchos de los casos se le dio continuidad pero en algunos otros la competencia o la poca visión provocaron que se dejaran espacios abandonados al borde del derrumbe. Si observamos la obra que se logró en tan solo 100 años de historia, podremos ver muchos éxitos y fracasos pero sobre todo una trayectoria impresionante y admirable.

A medida en que hemos crecido como Comunidad, la gama de servicios ha incrementado, lo cual ha provocado que las estructuras sean más complejas. Esto, a su vez, ha implicado que para poder comprenderla se necesite estudiarla a profundidad. Esto fue lo que despertó a El Gallinero a crear el 1er Seminario de Análisis de la Comunidad Judía de México, después de haber identificado lo siguiente: un desconocimiento importante por parte de los jóvenes sobre el funcionamiento de la Comunidad como Institución, muy pocos jóvenes involucrados en la estructura comunitaria, una falta de vinculación entre los jóvenes y las instituciones y una deficiencia en la comunicación entre los involucrados.

Al desarrollarlo, planteamos que uno de nuestros objetivos es impulsar el desarrollo comunitario y social utilizando a los jóvenes como motor. Para ello, generamos un espacio que nos permitiera entender el marco comunitario para así poder ejercer acciones específicas, fomentar la participación de los jóvenes en la planeación y decisiones comunitarias, propiciar una visión de integración intercomunitaria y fortalecer la comunicación entre los jóvenes y los dirigentes comunitarios.

Participaron 30 jóvenes de entre 22 y 31 años. Un grupo bastante diverso ya que era completamente intercomunitario, con gente con distintos grados de observancia, puntos de vista, antecedentes, áreas de interés y enfoques.

El Seminario nos permitió entender desde una perspectiva general la historia, el desarrollo y la situación actual de la Comunidad a través de 10 sesiones. Para cada una de estas, nos acompañaron ponentes expertos en la materia que nos ayudaron entender muchas cosas que no conocíamos de nuestra propia Comunidad.

El programa quedó de la siguiente manera:

Gallinero Ponentes

Una vez terminadas las 10 sesiones, y ya contando con este conocimiento, se sostuvo una última sesión con los presidentes comunitarios en la que les pedimos que nos contestaran las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo visualizabas el futuro de la Comunidad a nuestra edad?
  • ¿Qué consejo le darías a un futuro líder comunitario?
  • ¿Crees que en el futuro todas las Comunidades se unirán?

Sin duda, sus respuestas fueron muy enriquecedoras. Por una parte vimos que algunos de los presidentes no siempre fueron tan activos mientras que otros lo fueron desde una muy temprana edad. Algunos tachados de grilleros y rebeldes por querer cambiar a la Comunidad y algunos sin preguntarse mucho sobre el futuro que les esperaba.

Después de escucharlos se presentaron algunas ideas, dudas, inquietudes que surgieron a partir del seminario, entre las que se encontraban las siguientes:

  •  Mi abuelita era de Damasco y mi abuelo de Tiberias, mi zeide de Polonia y mi Bobe de Lituania… La familia de mi novia es de Alepo y yo estudié en la Sefa. ¿De qué comunidad soy?
  • Las Comunidades no deberían regirse bajo una sola corriente ideológica religiosa; eso ha provocado separación. Todos deberíamos de pertenecer a la Comunidad Judía de México y cada uno afiliarse al templo con el que se identifique.
  • Se necesita frenar la tendencia de construir nuevos espacios (instituciones, templos, centros comunitarios) y optimizar los que ya existen. Estos podrían convertirse en elefantes blancos para las futuras generaciones.
  • Hay más gente de la que nos imaginamos interesada en participar en alguna Institución comunitaria como voluntario o profesional, el problema es que la mayoría de ellos no sabe a quién acudir. Es importante que exista un vínculo claro que nos permita acercarlos e involucrarlos.
  • Es importante abrir el judaísmo a nuestro país, no podemos pretender vivir como un ente aislado y desconocido. Sería interesante compartir las fiestas judías con la sociedad para que entiendan y conozcan el judaísmo, algo así como montar una Sucá en una plaza pública…
  • Es muy importante que se fortalezca la educación no formal en las escuelas para reforzar valores de niños y adolescentes.
  • Si queremos destacar en el mundo global, no podemos regirnos bajo el mismo sistema educativo de un país cómo el nuestro. Necesitamos romper paradigmas, así cómo tenemos nuestro propio sistema de seguridad comunitaria deberíamos de tener un sistema educativo comunitario adecuado y de excelencia que prepare a los jóvenes para ser agentes y líderes de cambio positivo.
  • Es una prioridad optimizar los canales de comunicación y difusión de todas las instituciones/grupos; una plataforma on-line para la comunidad sería una buena manera de atenderlo.
  • Si apenas ahorita estamos entendiendo la estructura comunitaria, ¿cómo la van a conocer los demás? Las escuelas deberían de enseñar la historia, trayectoria y estructura de la Comunidad.

Nos expresaron que a pesar de que el mundo ha cambiado, se identificaban mucho con nosotros, ya que ellos alguna vez estuvieron de nuestro lado cuestionando temas muy similares. Me parece que ellos sintieron mucha tranquilidad al ver que existe un grupo de jóvenes organizado, con energía, compromiso e interés en entender lo que sucede actualmente en la Comunidad, y creo que el logro más importante de la sesión fue que nos invitaron a formar parte de sus mesas directivas, con la intención de que nos empecemos a involucrar en la estructura comunitaria y pasemos de la teoría a la práctica.

Me atrevo a decir que el Seminario fue todo un éxito, ya que se lograron prácticamente todos los objetivos planteados, pero definitivamente esto solamente fue el principio. Como bien lo dijo uno los presidentes comunitarios: “Ahora es momento de pasar de un Think tank a un Do tank”.

Nuestra intención es que el próximo año se le dé continuidad a este grupo, provocaremos que trabajen sobre iniciativas concretas que se presentarán a los involucrados una vez desarrolladas, esperando fortalecer la participación activa de los jóvenes. Y por otra parte, esperamos lanzar el 2do Seminario de Análisis de la Comunidad Judía de México para incluir a 30 jóvenes más a este movimiento.

Y para terminar, quisiera agradecer a todas las personas e instituciones que nos apoyaron ya que sin ellos nada hubiera sido posible. A la Comunidad Sefaradí por prestarnos el espacio, a la Comunidad Bet El y a la Fundación Metta Saade por los recursos económicos y materiales, a Enlace Judío por la difusión, al Comité Central y la Comunidad Monte Sinaí por asesorarnos y apoyarnos continuamente para el desarrollo de este gran proyecto y sin duda a todos los ponentes que nos brindaron su tiempo durante las sesiones ¡fue un gran honor escucharlos!