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RODICA RADIAN GORDON

Enlace Judío México |  Este último lunes se conmemoró el Día Internacional de la Memoria del Holocausto, establecido por las Naciones Unidas en 2005, en la fecha de la liberación del campo de exterminio nazi Auschwitz, el 27 de enero de 1945.

El exterminio organizado, planificado, sistemático y en gran escala de los judíos europeos, como consecuencia de la decisión burocrática tomada en la conferencia de Wannsee y adoptada por la política de Estado nazi, fue el evento que enfatiza la singularidad del Holocausto en comparación con otros casos de genocidios que se han dado antes y después de éste.

El exterminio de los judíos como individuos y como comunidades ocupó un lugar central y esencial en la concepción nazi del mundo, a diferencia de otros grupos perseguidos, como los gitanos, los comunistas y los homosexuales. De igual modo, no es posible comprender la participación activa de los colaboracionistas o el silencio inexplicable de los observadores, quienes formaron la gran mayoría de las poblaciones en los países donde ocurrió el Holocausto, sino al margen de los prejuicios y sentimientos antisemitas que han existido a lo largo de los siglos en Europa.

El tema elegido por la ONU en este Día de Conmemoración es “Manteniendo viva la memoria”. La memoria del Holocausto y su estudio sistemático y riguroso se hacen más imperiosos y urgentes en la medida en la que nos alejamos de los acontecimientos; la mayoría de los sobrevivientes están falleciendo debido a su avanzada edad; y como consecuencia la memoria se construye como “narrativa”.

En este sentido, Yad Vashem de Israel —que en 2013 festejó 60 años de  existencia— es un centro mundial para la perpetuación de la memoria de la Shoa. Yad Vashem se ocupa de la documentación, investigación y educación por medio de archivos, biblioteca; un Instituto Internacional de Investigación, una Escuela Internacional para la Enseñanza de la Shoa, así como el museo —reconocido como uno de los mejores del mundo—. Además, este instituto se empeña en realizar la labor de documentación puntual de todos los casos excepcionales de personas quienes, arriesgando su vida y la vida de sus familiares, eligieron ayudar a los judíos. Ellos son los que han sido reconocidos por el Estado de Israel como  “Justos entre las naciones”.

Quiero destacar también la Alianza Internacional para la Conmemoración del Holocausto y la labor realizada por sus países miembros. Reconociendo que el Holocausto desafió las bases de la civilización por su carácter y magnitud sin precedentes en la historia, el entonces premier sueco, Göran Persson, inició en 1998 una organización internacional cuya meta es promover la educación sobre el Holocausto y su conmemoración. Hoy día, la alianza cuenta con 31 países miembros (la gran mayoría europeos, así como Estados Unidos, Canadá, Israel y —de América Latina— Argentina). Parte importante de su actividad es la investigación enfocada en los años del Holocausto, basándose en archivos estatales y otros materiales.

Además, los países miembros han incorporado los estudios del Holocausto en el sistema escolar (en los diferentes niveles de educación secundaria) y capacitan a los maestros de historia en dicho tema por medio de programas especiales.

Dada la importancia de la investigación de los archivos durante la Segunda Guerra Mundial, es alentador saber de la intención del papa Francisco en abrir los archivos del Vaticano en la época del papa Pio XII para permitir a los investigadores obtener una imagen más clara sobre la actitud del Vaticano en dicha época. También el papaBenedicto XVI apoyó esta idea.

El estudio preciso del Holocausto lleva a un mejor entendimiento de otros genocidios y de la violación de los derechos humanos. Únicamente a través de dichos esfuerzos, así como del fomento y desarrollo en concienciar la necesidad de combatir al  antisemitismo como fenómeno histórico recurrente, se puede enfrentar y evitar la discriminación que tiene sus resortes en la etnicidad, la religión o en cualquier otra identidad o pertenencia colectiva.

En las palabras del presidente Shimon Peres, “tenemos el deber de recordar el pasado, pero también de mejorar el futuro… para asegurar que vivimos en un mundo donde otro Holocausto es imposible”.

*Embajadora de Israel en México.

 

Fuente:excelsior.com.mx