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ALFONSO M. BECKER

Enlace Judío México | Se suele definir la “astenia” en política internacional como un síntoma grave aunque aparenta ser una simple e inocente abulia prolongada ante todo lo que acontece en este mundo pero esconde realmente todo un cuadro “clínico” mucho más complejo en el ámbito sociopolítico si estamos tratando de una potencia mundial y del hombre más poderoso de la tierra. Naturalmente, las apreciaciones hechas desde fuera de la Casa Blanca no van a ser nunca ni iguales ni parecidas a las que se hacen en ese Despacho Oval y en modo alguno se acercarían a un análisis correcto de las decisiones que se toman, pero ni Obama ni la N.S.A. pueden impedir que en Estados Unidos y en el resto del mundo se hable, se discuta y se critique, cada vez más, sobre una supuesta torpeza política del presidente, una cierta modorra en lo que respecta a Ucrania, una escandalosa insensibilidad con la tragedia que vive el pueblo sirio; una criticada distracción, falta de atención o embeleso ante la agresiva actividad terrorista internacional de los persas -amén de su programa nuclear militar- un cierto enajenamiento de ánimo para entender lo que realmente está ocurriendo en el perímetro fronterizo de Israel y ,en definitiva, una somnolencia profunda y prolongada que al parecer lo incapacita para tomar decisiones de cierto alcance en Oriente Medio. Sin embargo, me gustaría recordar -como he insistido en muchos artículos sobre Obama- que es bastante ridículo atacar con críticas inmerecidas a todo un presidente de los Estados Unidos y algunos miembros de su equipo de gobierno cuando estamos hablando o escribiendo del país más importante y poderoso de la tierra; porque no son uno ni cuatro ni doce los que gobiernan desde Washington.

A mí, particularmente, Obama siempre me ha parecido un animal político de primera categoría. No me cansaré nunca de decir que puede convertirse, en lo que le queda de legislatura, en el mejor presidente que los Estados Unidos hayan tenido nunca y me gustaría explicarlo indicando, antes que nada, que todo animal político de esta talla necesita siempre un primer periodo de aparente inactividad o reposo absoluto de “imagen” que no es otra cosa, en realidad, que unos primeros cuatro años para recordarle al pueblo estadounidense y al mundo entero (en especial a sus aliados) que no se trata solo de gobernar EE.UU sino de contribuir a la gobernanza del mundo entero por su singular posición de líder mundial. Un mundo demasiado complejo para tomarlo a la ligera… A mi modo de ver, desde las Ciencias Políticas, solo podría entenderse la actuación de Barack Obama como la del primer presidente de los Estados Unidos que se ha atrevido a desafiar al complejo militar-industrial estadounidense desde la perspectiva moral de una renovada doctrina de defensa que incluya a los “compañeros de viaje” (Israel en Oriente Medio y demás socios en el mundo) en un joint venture que explique y demuestre una ética universal que nos distinga de los nuevos “bárbaros” que no son tan nuevos porque aparecen siempre, a través de toda la historia humana, como elemento perturbador de una cultura occidental que en absoluto está en decadencia porque es el estadio evolutivo político más alto que ha conseguido la raza humana. El premio Nobel de la Paz no quiere pegar un solo tiro sin haber tocado previamente todas las posibilidades de entendimiento…

Barack Obama -si repasan un poco la Historia- es una suerte John F. Kennedy que ha construido una nueva Camelot que nunca podría asociarse, como la del clan irlandés, ni a una sola familia, ni a un solo país, ni a una sola religión, ni a una sola etnia de las muchas y variopintas que pululan en el territorio multicultural de los Estados Unidos. Barack Obama es mil veces más listo que el legendario JFK; ha configurado la fantástica capital del reino de Arturo en un espacio geográfico que se extiende mucho más allá de los muros de la Casa Blanca y de la tierra estadounidense, un espacio en el imaginario político que conforma el territorio de las democracias; ha conseguido que Camelot deje de ser un misterio para explicar al mundo que Occidente es real, que somos una opción de vida y de paz porque la política de Occidente “no es desintegradora en un mundo repleto de locos y fanáticos salvajes”-David Hume. Barack Obama no habría ganado ni la presidencia en 2008 ni la reelección en 2012 si no hubiera demostrado en sus primigenias intenciones que no estaría luchando por la “silla” si el tiempo y la antorcha no hubiesen sido otorgadas a una nueva generación que se ha partido la cara contra el racismo, contra la homofobia y contra el machismo; no se hubiera presentado como candidato a la Casa Blanca si no hubiera advertido mil veces que los tiempos están cambiando y que el espíritu y la retórica belicista deben ser sustituidos por una nueva “escuela” de diplomáticos que al menos demuestren ante el mundo que se luchó por una alternativa negociadora que diera una oportunidad a la paz. Barack Obama ha demostrado -por activa y por pasiva- que su aritmética política y su álgebra de la guerra son una nueva forma de entender las relaciones internacionales: el cowboy americano no ha tenido más remedio que dejar paso al “príncipe negociador”… Y eso lo ha conseguido el chico de Honolulu que soñó despierto que las democracias no solo son el mejor de los mundos posibles sino el único camino para conformar un hogar para todos en este convulso globo terrestre.

Para que en este segundo periodo de gobierno, la aritmética política de Barack Obama diera los resultados deseados, no dudó en resistir y encajar los golpes que le llegaban desde todos los puntos cardinales y de sus propios amigos y socios en todo el mundo. Si Barack Obama ha aguantado, con más paciencia que el santo Job, es porque nunca se ha olvidado de Israel, nunca ha dejado en la estacada a la Unión Europea; no abandonará a su suerte a una Ucrania cuyo pueblo desea fervientemente liberarse de las cadenas mafiosas de una “telaraña post soviética” que no tiene nada que ver con nuestro socio ruso. Los “tiros” van por otra parte y será mejor para Vladímir Putin que lo entienda si es inteligente porque Europa siempre ha pensado en la “madre Rusia” como aliado y siempre ha pensado que Europa es “nadie” sin Rusia. Putin sabe mejor que nadie, mejor que ningún político en la historia de Rusia, que el único camino que le queda por recorrer al pueblo ruso es el de la gran aventura de la vida junto a Occidente porque los rusos saben que, aunque son Oriente y Occidente a la vez, tienen a su peor enemigo potencial en el patio trasero chino… Los rusos no son idiotas y en mi humilde opinión, Vladímir Putin, es el más grande político y estadista que ha parido la madre Rusia en toda su historia.

Capítulo a parte merece el tablero de Oriente Medio y el papel de Israel en un “territorio salvaje” que a día de hoy se observa con lupa sobre el Escritorio Resolute. El álgebra de la guerra que maneja Obama ha necesitado seis años de reflexión sobre el mapa de Oriente Medio porque sus antecesores se han caracterizado por un “espectáculo” político más propio de la Segunda Guerra Mundial y de la Dream Factory de Hollywood. Desde el desgraciado incidente que protagonizaron la ONU y el Pentágono en su intento de capturar al sanguinario asesino, General Mohamed Farrah Aidid, en Mogadiscio (Somalia), la política de intervención militar estadounidense cambió para siempre. Esa operación “Devolver la Esperanza” a un pueblo somalí que era exterminado por un psicópata del islam que cortaba cabezas y mataba de hambre a su pueblo, mostró al mundo entero a una suerte de “caníbales del islam” que torturaron y asesinaron a un centenar de cascos azules y que arrastró y pisoteó los cadáveres de pilotos norteamericanos (Black Hawk Down Story) en la terriblemente famosa Batalla de Mogadiscio. La ONU llevó miles de toneladas de alimentos y el “caníbal del islam” no solo se los comió sino que se escudó en millones de seres hambrientos y moribundos para no ser “triturado” como una rata por las fuerzas de la ONU y la aviación estadounidense. Aquel asesino islámico cambió por completo la forma de pensar del Pentágono y la estrategia de intervención en cualquier país aunque fuera en misión humanitaria. Fue un “ahí te quedas y púdrete con tu miseria” a pesar del sufrimiento de millones de seres que sucumbían en las cunetas de hambre y eran pasto de los buitres….

La guerra en Siria ya no es una guerra civil al uso sino una confrontación regional entre Irán y Arabia Saudí a nivel local, entre sunníes y chiíes a nivel islámico y entre Occidente y los persas a nivel mundial. Si alguien ha creído en este mundo que es posible un entendimiento con los persas -permítanme el exabrupto- no tiene ni puñetera… ni la más remota idea, de lo que es la política internacional. No existe ningún camino para la paz con el gobierno de los ayatolas, no me cansaré de indicarlo porque cualquier mente, medianamente “amueblada”, puede ver que los persas han decidido la guerra desde hace veinte años. Y no van a echarse atrás. Esta guerra regional está orquestada por los servicios secretos iraníes sobre la mesa de un “loco y mesiánico ayatola” de Teherán. El líder supremo de los persas es así calificado en Estados Unidos, Europa, Israel, Rusia y China, es decir, no es solo Occidente sino el mundo entero, los que no pueden concebir que todavía no haya nadie en este mundo que le plante cara a los fanáticos asesinos persas que han montado este “pollo” en Oriente Medio y que ahora tiene “solución de continuidad” en el mundo entero con acciones terroristas. Los clérigos iraníes impiden por completo que se implemente ningún tratado de paz con los palestinos, luchan junto a Bashar Al-Assad y abastecen a su ejército y a los terroristas libaneses de Hezbollah. En pocas palabras, Barack Obama, ha demostrado al mundo que no se puede hacer ni arreglar nada en Oriente Medio porque el obstáculo insalvable es Teherán.

Israel no es que merezca un capítulo aparte… es que -a día de hoy- su Estado está siendo utilizado como moneda de cambio en una más que extraña y singular maniobra diplomática que asemeja a un folletín por entregas que se vocifera a los cuatro vientos. Lo que deberían ser unas negociaciones “secretas” o al menos “discretas” entre las partes implicadas que permitieran un intercambio de tierras, un “yo te doy esto y tú me das lo otro” y buscar de una vez esa solución de los dos Estados, que satisfaga a todos, se ha convertido en una tragicomedia diplomática en la que se advierte y amenaza “a voces” al Estado israelí de un más que seguro descrédito ante la comunidad internacional como si esa maldita “advertencia” no fuera ya una amenaza deleznable… no ya de boicot económico a las empresas del West Bank sino una repugnante y alentadora invitación a elevar el termómetro del antisemitismo en todo el mundo, una majadería estratégica que podría tener consecuencias antijudías ¡alentadas por los propios aliados! Por otra parte, ¿Qué carta guarda en la manga John Kerry si sabe que ni los terroristas de Hamas ni la Autoridad Palestina están dispuestos a reconocer el Estado de Israel? ¿Estamos pues ante un más que posible reconocimiento unilateral del Estado palestino con la aprobación internacional? Si es así… la Casa Blanca está jugando con fuego… porque demuestra que no conoce bien a los moros como en el escandaloso caso de los Muslim Brotherhood en Egipto… Washington no debería ocultarle al mundo que ni Israel ni Arabia Saudí ni Jordania están de acuerdo con el “acuerdo marco” de Kerry si ello implica dejarle la ribera del Jordán a los palestinos… Jordania rechaza por completo a los terroristas palestinos en su frontera y además quiere ejercer su “derecho” al Monte del Templo antes de dejarlo en manos de asesinos islamistas… Y permítanme que les diga que si se da esa “compleja” estrategia diseñada por la Casa Blanca… Israel se va a anexionar Judea y Samaria como respuesta “también unilateral” a la aberrante estrategia diplomática de los grandes centros de poder internacional…

Me estoy acordando ahora de unas apreciaciones que me hizo un oficial de la inteligencia española, experto en Oriente Medio: “Barack Obama es un genio de la política aunque a ti no te lo parezca, la gente no sabe nada de la talla y la valía de este presidente de aspecto juvenil que se ha preparado y codeado con los mejores políticos del mundo… va a sorprender a muchos esta astuta águila americana…” Recuerdo perfectamente que me aseguró que los políticos y hasta los ciudadanos de Israel se quedarían con la boca abierta al comprobar que iba a ser el primer presidente de los EE.UU en asegurar para siempre las fronteras de Israel, algo que nunca nadie ha hecho por el Estado judío salvo ellos mismos… Aunque mucha gente no tiene conocimiento de esto, los agentes del CNI español son gente curtida en las peores y más peligrosa misiones que se le puede encargar a un oficial de inteligencia en territorio hostil. Son muchos los que han caído asesinados en Oriente Medio… Este amigo que ahora escribe libros y da conferencias dice lo mismo que Bandar bin Sultan: los persas son el objetivo indiscutible de la comunidad internacional y todo lo que ves y oyes no son más que estrategias de una extraordinaria complejidad que nadie entiende porque así es el juego de la guerra: “Mira el mapa de Oriente Medio ¿qué ves? Ahora cierra los ojos y dime qué ves…”

En Arabia Saudí han sabido perfectamente acuñar el mejor adjetivo que he leído nunca para calificar a Barack Obama: un oso dormido que todavía no ha despertado de su letargo para enseñar sus garras…

Fuente:miamidiario.com