Jaime Murow es exPresidente de la Comunidad Beth Israel, una comunidad judía mexicana conservadora, y su política referente a las conversiones es clara; así lo explica en entrevista:

“En Beth Israel no promovemos la conversión, es un tema que hay que dejar claro: no promovemos la conversión, realizamos la conversión como un Plan B, para judíos con pareja no judía. No es que vayamos con una bandera diciendo que convertimos al que quiera, eso no es cierto. Beth Israel sólo lo considera como segunda opción para alguien que tiene claro que le interesa alguien no judío y que no le interesa lo que pase en su comunidad. Las comunidades hacen mucho trabajo cuando alguna persona se enamora de alguien que no es judío, me consta que hacen mucha labor para tratar de persuadirlo, diciéndole que no le conviene, etc, cosa que me parece muy bien.  Pero llega el momento en el que cada quien decide lo que quiere de su vida: en ese momento es donde tenemos que brindar el apoyo, no es decirle “mándalos a volar y vente acá”, al contrario, si en su comunidad quieren rescatar eso y  evitar un matrimonio que no siempre es exitoso, ahí está la opción de Beth Israel. Cuando una pareja donde uno es judío y la otra parte de la pareja se va a convertir, lo más importante para todos es que los hijos nazcan judíos y vuelvas a rehacer una semilla totalmente judía”.

“La conversión en el judaísmo es totalmente aceptada, si no ya se hubiera acabado el judaísmo; en la Torá hay personajes conversos muy importantes y la importancia de la conversión es que número uno, le estás dando la oportunidad a cualquiera de ser judío, ya que el ser judío no es una patente ni una religión cerrada, judío es el que nace judío o el que se convierte en judío, le das la oportunidad a alguien que quiere ser judío”.

“Por otra parte, se pierden familias y socios de la comunidad por el tema de la asimilación, ya que una vez que se separan de la comunidad les da mucho miedo regresar y reinsertarse dentro de la comunidad, porque se casaron con alguien que no era judío o porque simplemente se separaron. La importancia de la apertura y de tener esa posibilidad, de tener esa conversión, también le da la oportunidad a muchos miembros de la comunidad de retornar al judaísmo de una forma sana y aceptable.

¿Qué sucede con las políticas de conversión como la Takaná, que se hicieron para proteger a la comunidad de la asimilación?

“Tiene su parte positiva y sobre todo en la comunidad de México, porque el nivel de asimilación que hay aquí es bajísimo respecto a otras comunidades en el mundo” dice Jaime Murow. “Creo que ha funcionado y ha dado resultado, llegará el momento en el que no todo el mundo esté de acuerdo; sin embargo, teniendo una comunidad como Beth Israel, tienes otra alternativa por si no estás de acuerdo con lo que sucede en tu comunidad de origen o la forma en que aplican estas políticas, políticas que a día de hoy consideran que son exitosas y por mi parte son 100% respetables; pero existe otra alternativa en donde puedes tener una opción más liberal, en la que no estás violando ninguna ley halájica, pero creo que estás haciendo una mitzvá regresando a personas al judaísmo”.

“Las conversiones que nosotros hacemos están avaladas por la Asamblea Rabínica del movimiento conservador, en Israel son perfectamente aceptadas y en cualquier comunidad conservadora del mundo también. Las comunidades ortodoxas, en cualquier parte, no suelen aceptar las conversiones hechas por las comunidades conservadoras”.

“En Estados Unidos el movimiento conservador es muy fuerte y no tienen prácticamente ningún problema de aceptar la conversión”.

“No hay que confundir que hagas una conversión con una conversión rápida: en Beth Israel las conversiones son perfectamente estructuradas con un programa estudiado y analizado y además es un programa largo, de por lo menos un año. Así que no hacemos una conversión rápida: existen lugares en el mundo donde sí las hacen rápidas o incluso que se puede pagar por ella. A nosotros en Beth Israel lo que nos interesa cuando se hace una conversión, además de que pasen todos los filtros que tenemos, es que la persona que se va a convertir tenga un periodo para saber si durante ese periodo puede encontrar algo de identidad con lo que está buscando y si realmente está convencida después de pasar esas pruebas y de que va por el camino adecuado y qué es realmente lo que está buscando”.

“Las conversiones tienen muchas problemáticas, pero también tienen muchas cosas buenas, así lo decía el Rabino Lerer, él empezó con ese proceso; decía “yo prefiero regresar a dos que perder uno”- y ésa era su filosofía. Yo también prefiero regresarlos que perderlos”.

“Estamos viviendo y vamos a seguir viviendo, somos 14 millones de judíos en el mundo en una población de miles de millones y es imposible como aquí en México, en la secundaria y la preparatorio la gente cuida que sus hijos tengan contacto sólo y exclusivamente con muchachos de la escuela o de la comunidad, pero llegan a la universidad y se encuentran con otro mundo y es ahí donde empiezan una serie de cambios y riesgos. Todos esos temas hay que manejarlos”.

“Tenemos un Comité, un Beit Din, con una serie de procesos en los cuales definimos si la persona es o no es  candidata para una conversión, hay varios ejemplos que te puedo dar. Por ejemplo, le damos entrada a una persona que su pareja no es judía y que puede estar ya casado o inclusive tener hijos, entonces sí tratas de que si hay un esfuerzo de formar una familia judía y de regresar al judaísmo, trabajamos con ellos y se les da la oportunidad. No quiere decir que los vas a convertir, les das la oportunidad de prepararse si el Beit Din que está formado por tres Rabinos independientes está de acuerdo que sí cumplió lo necesario, pasó los exámenes, etc”.

“Tenemos otros casos en los cuales sus antepasados fueron judíos y después del Holocausto o por alguna razón se perdieron, pero ellos tienen raíces judías y quieren recuperar su judaísmo, también le das la oportunidad. Hay otros casos en los que algunas personas toda su vida soñaron que querían ser judíos y esos casos son los que hay que mirar con más cuidado y precisión porque realmente no sabes en el fondo si te están diciendo la verdad. También hay casos, de personas no judías que han vivido 10 años en Israel y que la conversión en Israel les cuesta mucho trabajo y vienen a México y toman el curso de judaísmo, califican y ya vuelven a Israel, con su conversión que es perfectamente aceptada”.