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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Todos –o casi todos– sabemos la reciente noticia de que la red social Facebook compró el servicio de mensajería WhatsApp; pero lo que no sabemos, es que uno de los fundadores de WhatsApp, Brian Acton, fue rechazado en el 2009 por la red social que ahora compra su brillante servicio de mensajería por 16 mil millones de dólares.

Tras perder este puesto de trabajo, Acton publicó un tweet mostrando el optimismo hacia su futuro: “Facebook me rechazó. Era una gran oportunidad para conectar con personas fantásticas. A mirar hacia adelante a la siguiente aventura de la vida” Cinco años después, terminó siendo el cofundador de WhatsApp y vendió su compañía al propio Facebook.

Detrás de esta exitosa venta, yace una historia de dos personas que lucharon y sufrieron rechazos hasta lograr este inimaginable invento.

Poco se sabe de Jan Koum y Brian Acton, los cofundadores de WhatsApp, una de las principales aplicaciones de servicios de mensajería móvil más utilizada del mundo; ambos trabajaron en Yahoo!; uno es inmigrante y el otro fue rechazado por empresas como Twitter y Facebook.

El ucraniano Jan Koum tiene 37 años y es un inmigrante que llegó a Estados Unidos a los 16 años junto a su madre, debido a los problemas económicos y políticos de la ex república soviética.

Luego de terminar sus estudios, ingresó a la Universidad de San José y trabajó para la consultora Ernest & Young como tester de seguridad informática, donde conoció a Brian Acton en 1997, el empleado número 44 de Yahoo!, quien lo contrató como ingeniero de infraestructura.

A las dos semanas de haber ingresado a Yahoo!, uno de los servidores de la compañía falló, y el mismo cofundador David Filo lo llamó en medio de una clase para que fuera a resolver el incidente. En ese momento decidió abandonar la universidad. “Igual ya estaba cansado de ese ambiente”, dijo Koum.

Tras varios años de trabajar juntos, Koum abandonó Yahoo! junto a su mentor Brian Acton y se tomaron un período sabático para recuperar energías, periodo que se prolongó hasta el 2009.

En aquel entonces, con la experiencia acumulada en Yahoo!, Brian Acton intentó postularse en dos de las compañías más prometedoras de Silicon Valley: Twitter y Facebook.

“Me rechazaron en Twitter. No hay problema, igual quedaba lejos de mi casa”, tuiteó Acton desde su cuenta personal. Meses más tarde, intentó postularse junto a Koum en una convocatoria de la compañía liderada por Mark Zuckerberg, pero no quedaron en la selección.

Como parte del equipo de los rechazados de Facebook, como solía decir Acton, ambos comenzaron a desarrollar una aplicación de mensajería para el iPhone, en momentos en que la tienda de Apple comenzaba a ser un terreno fértil para una creciente comunidad de desarrolladores.

A diferencia del BlackBerry Messenger, uno de los líderes del segmento, WhatsApp basaba su servicio bajo una modalidad muy simple: la libreta de contactos telefónicos.

El servicio rápidamente se extendió de boca en boca, con un equipo técnico que carecía de un responsable de relaciones públicas, pero que creció al calor de los buenos comentarios de los usuarios, que motivaron a sus creadores a lanzar las versiones para múltiples plataformas: BlackBerry OS, Nokia Symbian y Android.

Con peso propio en el mundo de la mensajería móvil, WhatsApp comenzó a ser señalado como el responsable del retroceso de los mensajes de texto.

“No creo en esto. La filosofía del SMS forma la base de nuestro producto, y no creemos que será desplazado. Queremos ofrecer una alternativa que la gente pueda usar para comunicarse de forma eficaz, y que al mismo tiempo pueda ahorrar dinero y tiempo”, dijo Koum.

El resto es historia conocida: cinco años más tarde y con más de 450 millones de usuarios en WhatsApp, el club de los rechazados finalmente entró por la puerta grande de Facebook, que adquirió la compañía por 19 mil millones de dólares después de un “cortejo” que duró casi dos años, y que incluyó un encuentro inicial de Zuckerberg y Koum en una panadería y una venta que se selló de palabra, justo el día de San Valentín.

Fuente:theguardian.com