Es ante su obra “Ovi”, del Museo de Arte Moderno, que entrevistamos a Hersúa, uno de los grandes escultores y autor del Espacio Escultórico. Hersúa recordó su amistad con Mathías y mencionó algunos aspectos de la espiritualidad en su obra.

Werner Mathias Goeritz Brunner, nacido en Danzig, Prusia Oriental, Imperio Alemán el 4 de abril de 1915 y fallecido en la Ciudad de México el 4 de agosto de 1990, fue un escultor mexicano de origen alemán que luego de la Segunda Guerra Mundial se estableció en nuestro país, dejando uno de los legados artísticos más importantes de la historia cultural mexicana.

Sus esculturas en el Conjunto Escultórico de Ciudad Universitaria son notables, así como su importantísimo proyecto a fines de la década de los 50’s de las Torres de Ciudad Satélite, emblema y obra de gran belleza arquiónica.

Su primera obra fue el Museo Eco, realizado en el año de 1952.

Mathías Goeritz fue invitado a crear en Israel en el Centro Alejandro y Lily Saltiel, una pieza que se considera como una de las obras más importantes que realizara fuera de México.

Según distintas fuentes, la obra de Mathias Goeritz gira en torno a un profundo sentido de la espiritualidad. Sus convicciones religiosas fueron sin duda el núcleo esencial sobre el que se fundó la estrecha y fructífera relación que dio como resultado algunas de las obras emblemáticas del arte mexicano del siglo XX. Para él, la creación artística carecía de sentido si no manifestaba un claro reconocimiento de la dimensión mística de la existencia. En palabras de Goeritz, el arte debía de ser como una plegaria.

(Fernando) Gamboa le llamo a Mathías y le invitó a ver (mi) obra, y a Mathías le gustó mucho; le dijo que quería pasar a mi estudio y yo le respondí que con mucho gusto. A Mathías no lo había tratado; me dijo que había estado fuera en Israel y que le gustaría mucho que yo prometiera escribir en su libro acerca de la cultura y sobre México. Resultó que había un libro de los escritos de Mathías sobre artistas y la verdad no es presunción pero mi colaboración quedó maravillosa. Creo que quedó maravilloso el libro, pues Mathías no escribía por escribir. Además recuerden que tenia un doctorado en filosofía”.

Esto es lo que dijo Harsuá de Mathías Goeritz:

“Los alumnos de la UNAM, lo que quieren es el título para irse a lucrar: yo ya no quiero enseñar y ellos ya no quieren aprender” : Así que, cuando yo platicaba con Mathias había dos personas que para mi fueron no como mis padres, pero si mis guías y fueron él y Juan H. , por eso yo siempre los recuerdo. Creo mucho en la energía que manejaba Mathias y creo que en esencia somos eso y nos vamos a fundir en energía y seguiremos por ahí haciendo obras, por que a los dos nos encantaba manejar el espacio real”.

“Todos los días son diferentes por que todos los días renacemos por que el las noches morimos” y es un pensamiento prehispánico muy parecido al pensamiento budista. Que tiene que ver con la vida y la muerte que son inseparables. Y Mathias por ejemplo cuando platicábamos me decía que a él no le preocupaba ni le tenía miedo a la muerte ya que el era muy agradecido a la vida a ya que todo lo que le había pasado no se lo merecía; era muy modesto en ese sentido. Yo aprendí muchas cosas de él”.

Ahorita está una exposición suya en el MUAC y hay muchas obras de el ahí y vale mucho la pena ir. Y también en el “Museo del Eco”, el museo de él y me pidieron que se vuelva a presentar ahí (después de tanto tiempo) y tiene uno de los cuartos en perspectiva. Te digo que el tipo tenía un doctorado en filosofía. Aún así no tenía mucho obra, era un tipo muy inteligente. A él no le gustaba no hacer obra por hacer.

“Mathías buscaba siempre a la gente inquieta para llevarla a Israel. A mí me iba llevar a Israel y pues justo en eso se enfermó y ya ves que fue muy rápida su muerte. Yo le publiqué sus fotos en arquitectura con el maestro (Nachi); Después, con Becky, ibamos a ir a Israel y presentar la maqueta y ver si era posible presentar el proyecto y hacer cosas”.

En esa época todos trabajábamos en UNAM. Yo estaba en arquitectura, Mathias en arquitectura, Sebastián, Helen en el Museo y Federico Ciler estaba en la Coordinación de Humanidades”.