Gábor Vona ofrece, sin duda, otro discurso ilustrado sobre las relaciones raciales?

ROSALÍA SÁNCHEZ

Enlace Judío México | Se sabe joven, preparado y utiliza por sistema la provocación. Nacido en Gyöngyös, en 1978, estudió Historia y Psicología en la Universidad de Loránd-Eötvös, trabajó como profesor y en agosto de 2007 fue miembro fundador de la Guardia Húngara, brazo armado del partido Jobbik instituido con un juramento símbolo de la Revolución Húngara de 1956 y que ha sido comparado con las SS de Hitler. Sobre el papel, su objetivo era “defender la historia y la cultura húngaras, tomando parte en el desarrollo físico, intelectual y espiritual de la nación, así como en operaciones de rescate y acciones de defensa ciudadana”. Vona ha reconocido en público que también querían “cambiar el régimen y salvar a Hungría”.

Sus huestes se dedicaron a patrullar campamentos gitanos, amedrentando a familias y causando altercados. El 16 de diciembre de 2008, el Tribunal metropolitano de Budapest ordenó disolver la Guardia Húngara tras sentenciar que sus objetivos y actividades atentaban contra los Derechos Humanos y los derechos de las minorías consagrados en la Constitución. En julio de 2009 el Tribunal Europeo obligó a cumplir esa sentencia, forzando a las autoridades públicas húngaras a disolver el grupo, que se ha reorganizado en torno a la asociación Fundación Guardia Magiar. Vona, por su parte, fue nombrado candidato electoral de Jobbik a las elecciones de 2010, en las que el partido obtuvo el 12,18% de los votos y 47 escaños.

Un partido conservador con métodos radicales

En una reciente entrevista, Vona ha descrito a Jobbik como “un partido conservador que no duda en utilizar métodos radicales” y a los húngaros como “pasajeros indispuestos en un barco que se hunde, la UE, que ha perdido sus valores”. Acusa a Bruselas de “colonizarnos para utilizar nuestra mano de obra barata y apoderarse de nuestros mercados” y a su estructura política de “no haber traído beneficio alguno en términos espirituales o mentales”. Dice además que su partido “plantea un desafío al capitalismo global y sus tres principales representantes: EEUU, la UE e Israel en el plano de los valores humanos universales”, proclamando que “el euroatlantismo debe sustituirse por el eurasianismo”.

Se declara anti imperialista, anti capitalista y no oculta su antisemitismo. Culpa a los judíos de la especulación inmobiliaria en el país y propone una “segregación” en el país entre “honestos y deshonestos”, entre “constructores y destructores” de la nación húngara. También reconoce su odio a los gitanos. El pasado octubre, acusándolos de todos los males, desde delitos menores a la basura en las calles y “vivir como cerdos, pasando por la crisis económica, 3.000 simpatizantes de Jobbik marcharon por las calles de Miskolc encabezados por Vona, que gritó a la multitud: “No les dejaremos existir”.

La mirada puesta en Moscú

Mantiene estrechas relaciones con diplomáticos rusos en Budapest y se orienta hacia Moscú en sus planes de política exterior: “La agonía definitivamente ya ha comenzado, y se establecerá el nuevo orden mundial. La alianza de los países BRICS demuestra claramente que el tiempo de EEUU y la UE ya ha pasado. El acontecimiento más significativo sería que ellos mismos puedan poner en práctica su plan, ya que ayudará a evitar grandes conflictos y dar paso a una transición pacífica. En el marco de la integración de Eurasia, aunque le doy la bienvenida, no veo ahora posibilidades reales, porque para empezar debemos definir los valores básicos y una estrategia coherente que pueda atraer los círculos más amplios posibles. Hoy es un reto, y Jobbik es la única organización política húngara dispuesta a aceptarlo. Todos los demás son atlantistas y se quedarán hasta que la Historia les adelante”.

Fuente:elmundo.es