AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

El descubrimiento del yacimiento de gas en las aguas territoriales de Israel en el año 2010 ha supuesto un revulsivo en las relaciones geopolíticas internacionales.

Israel ha cazado al gigantesco Leviatán de la independencia energética, al perforar la cabeza del monstruo dormido en las profundidades del Mediterráneo.

Según diversas fuentes, el área que abarca la llamada Cuenca de Leviatán sería de unos 83.000 kilómetros cuadrados. Los expertos afirman que “Leviatán contiene 535 mil millones de metros cúbicos de gas natural y es considerado el segundo mayor descubrimiento en la última década”. Cifras que podrían variar considerablemente en un futuro cuando se determina de forma más precisa el potencial del mencionado yacimiento. Las prospecciones y los cálculos continúan siendo estudiados por los expertos.

El grupo económico denominado Leviatán, referencia bíblica del gigante de las profundidades, explota con éxito la “sima de gas” y apuesta por su distribución internacional. En una política comercial de magnitud sin precedentes, el consorcio de empresas que forman Leviatán ofrece la posibilidad de comprar parte de su producción de gas a diferentes países, incluidos los tradicionalmente como países hostiles y enemigos de Israel.

Una pregunta recurrente que se hacen muchos analistas es: ¿cambiará el juego geopolítico de la zona la distribución de gas, por parte de Israel, en el Mediterráneo?

Analicemos, someramente, los acontecimientos que hacen que la llamada geopolítica sea un instrumento de analistas entre los diferentes expertos en política internacional.
Los actores con intereses en el gas son muchos, por no decir todos, en la zona del Mediterráneo y aledaños.

Siria, inmerso en una cruenta guerra entre diferentes facciones islámicas, ha disminuido su producción de gas y petróleo en un noventa por ciento. ¿Qué significa esto para su dependencia energética? Que Siria no podrá suplir sus necesidades de energía de forma autónoma; concretamente, su producción de gas ha caído de 30 millones de m3 por día a 16,7 m3. Tan significativa caída es suplida en parte por la intervención rusa, aliado del régimen despótico de Assad, que inyecta petróleo y gas para no perder su influencia en la zona.

Otro actor importante es Turquía, que rompió relaciones diplomáticas con Israel a causa de la llamada “flotilla pirata a Gaza” con terroristas turcos a bordo. Los últimos descalabros en política del primer ministro turco Erdogan, dentro de sus propias filas islamistas, están “facilitando” un acercamiento a Israel. La maltrecha economía turca recibiría una inyección, también sin precedentes, de carácter económico por la distribución del gas israelí a Europa. Los posibles clientes turcos sopesan rápidamente la oferta de Israel de adquirir su gas.

El conflicto entre Rusia y Ucrania hace peligrar las importaciones de gas a Europa, lo que hace del gas de Israel una vía de suministro a tener en cuenta por los aliados europeos. Recordemos que Estados Unidos, socio de Israel, también participa por medio de sus empresas en Leviatán. Incluso la lejana Australia participa con un veinticinco por ciento en Leviatán.

Las informaciones de carácter económicas describen que los socios de Leviatán están compuestos por los grupos Noble Energy Inc., Delek Group Ltd. y Ratio Oil Exploration, principalmente.

Sucintamente hemos recorrido algunos espacios geopolíticos pero necesitaríamos mucho más análisis para profundizar en tan fascinante tema. No podríamos dejar de citar a los “aliados” de Israel, Egipto y Jordania, que también se benefician de la nueva situación que se genera con la explotación del yacimiento de gas israelí.

Así pues, podemos decir a la luz de los recientes acontecimientos que Israel ha “cazado” su particular Leviatán en las profundidades de un revuelto panorama internacional. En medio de boicots, amenazas de todo tipo y tormentas mediáticas, que no cesan contra la nación hebrea, el futuro se vislumbra más “calmado” para el conjunto del Pueblo de Israel.

Terminamos con una cita que pareciera profética en la Torá cuando dice: Tú machacaste la cabeza del Leviatán, y lo diste por comida a los moradores del desierto” (Tehilim / Salmos 74:14).

Israel ha machacado la cabeza del Leviatán y ha bombeado su preciosa sangre en forma de gas. Muchas generaciones de israelíes y de todos aquellos que se asociaron a tan gigantesca empresa de gas y petróleo se alimentarán de sus entrañas por muchos años, tal vez cientos de años. No todas son malas noticias para Israel.

Fuente: Radio Jai