Esther-Shabot-Askenazi

ESTHER SHABOT

La imagen que actualmente ofrece esa región es una de las más alarmantes que se hayan visto en décadas.

La imagen actualmente ofrecida por el Oriente Medio es una de las más alarmantes que se hayan presenciado en muchas décadas. Las convulsiones que sufre la región son de tal manera complejas y despiadadas, que millones de personas son objeto de masacres, expulsiones, huidas, exilios forzados y sufrimientos sin fin dentro de la vorágine desatada por la mezcla fatal de fanatismos religiosos, antiguos odios sectarios revividos y nuevas afrentas. Cuatro ejemplos bastan para tener una pequeña muestra de esta atroz situación:

1.- En Siria prosigue la guerra civil. La ONU calcula que de los 22 millones de ciudadanos sirios, 10.8 millones necesitan ayuda urgente y casi tres millones han huido del país viviendo hoy como refugiados en naciones vecinas y en condiciones más que precarias en la mayoría de los casos. La conversión paulatina de la guerra en un enfrentamiento entre el régimen de Al-Assad y las fuerzas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), como principal rival, ha llevado las cosas a un punto cada vez más crítico. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, intenta en estos momentos conseguir permiso de Al-Assad para llevar ayuda al menos a los cuatro millones de sirios que se hallan en condiciones de peligroso aislamiento, pero el régimen sirio, con el apoyo de Rusia, le sigue negando a la ONU el paso a través de los cruces fronterizos bajo el argumento de que tales operativos podrían beneficiar a la oposición.

2.- El caso de Irak se ha vuelto central en estos días por lo crítico de su situación. De hecho, este país ya está inmerso en una guerra civil que podría ser aún más sanguinaria y compleja que la que vive Siria. El EIIL se ha adueñado en unos cuantos días de partes importantes de Irak, amenaza con tomar Bagdad y con desatar un inimaginable baño de sangre entre sunnitas y chiítas. Hay quien aún considera que modificaciones políticas para que el gobierno de Nuri al Maliki sea más incluyente podrían conjurar la guerra de grandes dimensiones que se gesta, pero no se ve probable que ello ocurra. Mientras tanto, las alianzas y apoyos externos se entrecruzan de manera sorprendente. Al tiempo que Estados Unidos e Irán —quienes hasta ahora han estado siempre en pugna— tratan de neutralizar a como dé lugar al EIIL, países árabes sunnitas como Arabia Saudita y Qatar manifiestan su apoyo a sus hermanos de fe contra el dominio chiíta de Irak, representado por el régimen de Maliki. Cada vez es más frecuente oír hablar de la inevitabilidad de una futura fragmentación de Irak en tres entidades separadas: Sunnistán, Chiastán y Kurdistán, fragmentación que conllevaría otros nuevos y peliagudos conflictos.

3.- El reciente fracaso de las pláticas de paz entre israelíes y palestinos, aunado a la reconciliación del Fatah, de Abbas, con el Hamas y al secuestro hace 10 días de tres jóvenes civiles israelíes, presuntamente por militantes del Hamas, está rociando gasolina en el conflicto entre esos dos pueblos. El arresto de más de 200 palestinos miembros o simpatizantes del Hamas en la zona de Cisjordania, con objeto de conseguir información para la liberación de los secuestrados, representa sin duda un paso más en la escalada de desencuentros y fricciones que envenenan el ambiente y permiten a las corrientes radicales en los dos bandos apoderarse de las riendas de la situación.

4.- Y en Egipto, a pesar de la formalización del nuevo gobierno encabezado por el general Al-Sisi, la condena a muerte de casi 200 miembros de la derrocada Hermandad Musulmana, entre ellos su líder, Mohamed Badie, presagia sin duda que la estabilización del país del Nilo no está a la vuelta de la esquina. En síntesis, el Oriente Medio vive hoy uno de sus peores y más ominosos momentos.

Fuente:excelsior.com.mx