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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

En su libro “El rechazo mundial a los judíos”, el periodista y escritor Daniel Muchnik afirma que “judíos, revolucionarios y pone bombas eran sinónimos en la Argentina” durante las primeras décadas del siglo XX, y que las clases altas de la sociedad argentina abonaban la idea de que “el fascismo y el nazismo paralizarían el mal”.

“Hasta comienzos del siglo XX hubo anti-inmigración en la Argentina. Incluso, grandes figuras intelectuales consideraban que el inmigrante dañaba la identidad argentina. Luego, durante los años veinte y treinta, el nacionalismo antisemita se adueñó de la intelectualidad argentina”, dice Muchnik en diálogo con Télam.

El autor del libro “El rechazo mundial a los judíos” explica que esa actitud “fue compartida por muchas figuras del liberalismo argentino, las familias tradicionales, los radicales antipersonalistas y los conservadores, todos ellos grandes admiradores del fascismo y luego del nazismo”.

“Creían que el fascismo, y luego el nazismo, paralizarían el mal mayor, que para ellos era el comunismo. Judíos y revolucionarios y pone bombas eran sinónimos en la Argentina”, sostiene Muchnik.

El periodista y escritor advierte que el antisemitismo sigue vigente en la Argentina, “aunque larvado, oculto y vergonzante”, e incluso afirma que “hay empresas cuyos gerentes de Relaciones Humanas han recibido órdenes de no admitir empleados judíos” y menciona el caso de que “no hay judíos en las Fuerzas Armadas” y que “no los hubo en la Cancillería”.

Muchnik, tercera generación de judíos nacidos en Argentina, cree que hoy en Argentina “hay mayor conciencia sobre la problemática”.

Los atentados a la Embajada de Israel, el 17 de marzo de 1992, y a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el 18 de julio de 1994, seguramente contribuyeron a esta mayor conciencia, ya que si bien lo sufrió la comunidad judía, golpeó a toda la sociedad argentina.

Fuente:elpatagonico.net