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La perspectiva de éxito no es buena; experiencias previas han demostrado que los esfuerzos de inteligencia pueden tomar años.
Hacia el fin de esta semana, la operación Volved Hermanos ha adoptado un modelo más ¨sano¨. Por supuesto que nadie puede determinar que el incidente previo a la operación militar es un hecho ¨sano¨ – no hay nada normal o aceptable en secuestrar a tres chicos en su camino a casa – pero la manera en que el estado, el ejercito y hasta la prensa enfrenta el secuestro ha obtenido una mayor lógica.
La cobertura de los medios de comunicación ya no es continua, el ejercito ha frenado los arrestos en masa y enfocó sus esfuerzos en la localización de los chicos, incluso las conferencias de prensa con la participación de líderes políticos o militares se han interrumpido.
La disminución de la operación refleja un cambio de énfasis hacia el área de inteligencia. Esto puede producir un nuevo avance el día de mañana, pero también puede tomar meses e incluso años, según experiencias previas.
Por consiguiente, la perspectiva de la operación en Cisjordania no es positiva, aunque sólo hace una semana fuentes militares informaron haber tocado el fondo de la célula del secuestro. A pregunta expresa respecto a cuándo se estima el final de operación, un alto oficial del ejercito de defensa israelí afirmó: ¨Hace una semana me sentía más optimista. Ahora tiendo a ser más cauteloso.¨
Esta semana, las madres de los chicos secuestrados imploraron por la liberación de sus hijos ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Esta acción, realizada luego de relativamente poco tiempo del secuestro refleja que las familias no necesariamente comparten la postura oficial o acatan las indicaciones de expertos de negociación.
El renacimiento del ¨festival nacional¨ en torno de las familias de los secuestrados es evidente, incluyendo la participación de asesores de medios de comunicación.
En la primera etapa de un secuestro, el estado tiene dos objetivos: Recibir señales de vida de las víctimas y comenzar negociaciones, al mismo tiempo que se realizan operaciones de rescate. No es muy probable que los secuestradores proporcionen información a raíz de la iniciativa de las familias en las Naciones Unidas.
En lo que se sabe, hasta ahora no ha habido comunicación entre Israel y los secuestradores. El caso de Gilad Shalid llevó a los secuestradores a dos conclusiones: La primera es que Israel puede ser presionado y la segunda, que la paciencia rinde frutos. Mientras más tiempo pasa, Israel está dispuesta a pagar más.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu intenta reajustar esta noción al negarse a negociar y optar por una operación militar.
Luego de dos semanas del secuestro, no parece que alguien resulte beneficiado. Israel responsabilizó a Hamas en Cisjordania y por consiguiente emprendió una operación contra Hamas: arrestos masivos, re-encarcelamiento de ex prisioneros que fueron liberados en el acuerdo de liberación de Gilad Shalit, incursiones a supuestas oficinas de beneficencia, así como una campaña internacional contra el gobierno de unidad Fatah-Hamas.
La atípica e inequívoca condena del secuestro por parte de Mahmoud Abbas le concedió puntos en el occidente pero no entre el público palestino. La Autoridad Palestina es acusada de colaborar con Israel a través de su coordinación de seguridad.
Esta semana, tres oficiales de la policía palestina fueron secuestrados in Ramala para ser liberados a cambio de la liberación de participantes que fueron arrestados por la AP en una manifestación palestina contra la operación israelí.
Hamas ganó puntos entre el público palestino por haber humillado y dañado a Israel mediante el secuestro de los adolescentes. Por otra parte, el mismo secuestro interrumpió el proceso de ésta organización hacia una legitimidad internacional precipitada por el establecimiento del gobierno de unidad nacional palestino.
Mientras tanto, la Franja de Gaza ha comenzado a hervir. Desde el secuestro, Hamas en Gaza ha incrementado el lanzamiento de cohetes contra la población israelí, junto con los ataques de la Fuerza Aérea Israelí en Gaza. Recientemente, Mahmoud al-Zahar, un alto funcionario de Hamas, amenazó que actualmente su organización cuenta con misiles de largo alcance que pueden llegar a cualquier parte de Israel.
En la Conferencia de Herzliya realizada a principios de junio, Itay Brun, General de Brigada y Jefe de la División de Inteligencia Militar de las FDI informó que los militantes de Gaza cuentan con cientos de misiles capaces de llegar a Tel Aviv y sus alrededores. ¿Tendrán misiles capaces de llegar al norte del país? Entre el armamento iraní interceptado por la fuerza naval en marzo se encontraron cohetes con un alcance de más de 60 millas.
Probablemente Zahar insinúa que Hamas ha encontrado otros canales de contrabando. El Servicio de Seguridad Israelí estima que Hamas ha excavado decenas de túneles entre la Franja de Gaza e Israel esperando a ser utilizados.
La segunda semana de la operación Volved Hermanos trajo el final de la huelga de hambre de prisioneros palestinos por cargos administrativos en prisiones israelíes. Estos fueron vencidos por la creciente postura inflexible de Israel aunada a la falta de interés de la prensa árabe debido a los eventos en Irak y la desunión entre los líderes de los palestinos.
Israel ha adoptado una política más severa en otra área: El estado anunció que demolerá la vivienda del activista de Hamas Ziad Awad, quien tras ser liberado en el acuerdo de liberación de Gilad Shalit, asesinó a Baruj Mizrahi en la noche de Pesaj. La demolición de viviendas fue suspendida en 2005 luego que un comité militar determinó que ésta era una medida desproporcionadamente punitiva e inefectiva.
Fuente: Amos Harel, Haaretz.
